La Junta de Castilla y León vuelve a centrar todos sus focos de atención en uno de sus principales objetivos: dotar a las universidades públicas de la Comunidad de una adecuada financiación. Lo hace con el objetivo de seguir contribuyendo a la modernización de la sociedad y a la retención de talento. La decisión se ha acordado en el consejo de Gobierno de este jueves y se destinará un total de 98.882.451 euros que permitirá cubrir los gastos globales de su actividad durante el primer trimestre del año 2022, atendiendo, fundamentalmente, a los derivados de personal y todos aquellos conceptos en los que incurren las universidades para su correcto funcionamiento, entre los que destacan tanto su vertiente docente como investigadora.
De la cantidad acordada, 11.177.024 euros corresponden a la Universidad de Burgos (UBU), 16.563.396 a la Universidad de León (ULE), 35.011.296 a la Universidad de Salamanca (USAL) y 36.130.733 a la Universidad de Valladolid (UVA). En estos momentos, la enseñanza superior tiene planteados tres grandes retos que afectan a las funciones básicas de la universidad: formar al alumno con conocimientos especializados, fomentar la investigación en el ámbito y generar nuevos conocimientos para transferirlos a la sociedad.
Además, destinando esta cantidad, la Junta de Castilla y León se ha fijado tres objetivos primordiales. El primero de ellos pasa por la Consejería de Educación, que quiere reforzar la excelencia en la formación de los estudiantes universitarios de la Comunidad mediante una enseñanza más personalizada que permita avanzar en la mejora del rendimiento académico de los mismos y en la adquisición de los conocimientos. El segundo se basa en la profundización y en el afianzamiento de una investigación científica de calidad y, por ello, la Consejería de Educación centrará todos sus esfuerzos en la financiación aprobada de los gastos del personal docente e investigador de las universidades públicas, además de en las diferentes actuaciones que se lleven a cabo en materia de investigación. Finalmente, el tercero y último es dedicar mayor esfuerzo en el ámbito de la innovación para aumentar la transferencia de conocimientos desde los centros universitarios hacia la sociedad y las empresas, lo que contribuirá al crecimiento económico y a la creación de empleo de calidad en Castilla y León.
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