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​Un grupo de investigadores de la USAL consigue aumentar la productividad de los cultivos gracias a la interacción entre dos hongos

Los datos obtenidos en este estudio acercan aún más el desarrollo de una agricultura sostenible libre de químicos perjudiciales para el medioambiente y la salud

Floración de planta de colza en el invernadero del CIALE

El Grupo de Investigación Reconocido (GIR) del Instituto Hispano-Luso deInvestigaciones Agrarias (CIALE) de la Universidad de Salamanca ha conseguidoaumentar la productividad de los cultivos gracias a la interacción entre doshongos.

Los hongos micorrícicos son un grupo de microorganismos que formanrelaciones simbióticas con las raíces del 97% de especies vegetales superiores.En esta interacción, el hongo le aporta a la planta agua y nutrientes comofósforo, nitrógeno o hierro, mientras que la planta debe cederle al hongo partede los azúcares que fabrica al realizar el proceso de la fotosíntesis. Además,los hongos micorrícicos son capaces de incrementar la tolerancia de las plantasfrente a situaciones de sequía, salinidad y suelos contaminados con metalespesados (cadmio, plomo, cromo, etc.), y de aumentar su capacidad paradefenderse de plagas y patógenos, activando las respuestas defensivas vegetalesa nivel sistémico (por toda la planta).

El Grupo de Investigación Reconocido (GIR) del Instituto Hispano-Luso deInvestigaciones Agrarias (CIALE) de la Universidad de Salamanca centra susestudios en el género de hongos filamentosos Trichoderma, el cual incluye numerosas especies ampliamente estudiadasy utilizadas como agentes de control biológico en agricultura. Ello se debe ala capacidad de Trichoderma paramatar hongos patógenos de las plantas (micoparasitismo), inhibir su crecimientomediante la liberación de compuestos químicos (antibiosis) o competir con ellospor el espacio y los nutrientes en el suelo. Al entrar en contacto con lasplantas, Trichoderma coloniza susraíces de forma superficial promoviendo el crecimiento vegetal, aumentando sutolerancia a estreses abióticos (salinidad, sequía, bajas temperaturas, etc.) einduciendo la activación de sus defensas, por toda la planta, frente a estresesbióticos (patógenos y plagas).

Puesto que Trichoderma puedecolonizar las raíces de las crucíferas pero los hongos micorrícicos no soncapaces, “decidimos poner ambos hongos de forma simultánea en el suelo y condiferentes plantas, utilizando el tomate como planta con capacidad de sermicorrizada, y la colza y arabidopsis como crucíferas incapaces de ello”,admite el GIR. Mediante un equipo multidisciplinar de fisiólogos vegetales(Jorge Poveda y Carlos Nicolás) y microbiólogos (Rosa Hermosa y Enrique Monte) hanestudiado las respuestas defensivas que lleva a cabo la planta en respuesta ala presencia de ambos hongos, los niveles de colonización de las raíces yobtenido datos de productividad de las plantas.

Los datos obtenidos en este estudio se acercan aún más al desarrollo de unaagricultura sostenible libre de químicos perjudiciales para el medioambiente yla salud. Además, se profundiza en el estudio de la interacción hongos micorrícicos-plantascrucíferas, abriendo la puerta a una futura micorrización efectiva de estegrupo de plantas, con lo que ello conllevaría en la reducción en el uso defertilizantes químicos en su cultivo.

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