Es curioso que se reclamen cada vez más ingenieros y que estos sean quienes, en España, tengan la tasa de abandono más alto, especialmente las vinculadas con la informática. Al menos quince universidades españolas tienen un alto grado de deserción en ingeniería informática y en otras quince existe un abandono moderado, de acuerdo al ranking de carreras de la Fundación Conocimiento y Desarrollo.
Lo anterior se traduce, según recoge el portal Universia, en un fracaso escolar del 22,5% durante el primer año para el periodo 2015-2016. Una de las causas más preocupantes es la falta de orientación al momento de elegir una carrera, aunque las tasas de terminación a nivel global están por encima del promedio de la Unión Europea.
Todo esto ocurre después de que en Bachillerato o la ESO, la tasa de abandono también sea la más alta despues de Malta en la UE con un 19%, según Eurostat. Además, la información con la que cuentan los alumnos al llegar a las pruebas de Acceso a Universidad es escasa por lo que la decisión se quiebra en el primer año del grado universitario.
El mercado laboral sufre, por lo tanto, porque lo más demandado son las carreras menos elegidas por los estudiantes después del primer año. La región más afectada es Cataluña, donde hay más de 1.100 startups que requieren profesionales. Además, los ingenieros informáticos o de telecomunicaciones consiguen empleo más allá de su propio sector debido a la digitalización en todas las áreas industriales.
Los graduados españoles superan el promedio de la UE
A pesar de la alta deserción en las carreras paradójicamente más demandadas por el mercado, España mantiene un índice de graduación terciaria de 40,1% para el año 2016, superior al promedio de la Unión Europa que alcanza un 39,1%. La brecha de género en la terminación de un grado favorece a las mujeres con un total de 46,6% frente a un 33,5% correspondiente a los hombres. Sin embargo, España aún tiene camino por recorrer para llegar al 44% que se fijó para 2020.
Por otra parte, el gasto estatal en educación se incrementó desde 2015 visualizándose en los resultados aunque reduciendo el capital destinado a la educación debido a los recortes realizados antes de este período y llegando a un 4, 5 % del PBI, según datos de Eurostat. El mismo informe explica que la inversión en educación terciaria aún está por debajo del promedio de la OCDE.
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