Una investigación pionera en Salamanca que busca revolucionar la terapia del cáncer

Un grupo de investigadores del Centro de Investigación del Cáncer (Universidad de Salamanca-CSIC-FICUS), liderado por Sandra Blanco, en colaboración con el equipo de Ángela Patricia Hernández del departamento de Química Orgánica de la Universidad de Salamanca, ha puesto en marcha un ambicioso proyecto para desarrollar inhibidores moleculares de metiltransferasas de ARN. Esta iniciativa, financiada por la Fundación Científica de la AECC, representa un enfoque novedoso para combatir el cáncer, centrándose en un área poco explorada: el epitranscriptoma.

El proyecto busca crear compuestos que bloqueen específicamente la actividad de las enzimas metiltransferasas de ARN, las cuales modifican químicamente el ARN e influyen en procesos celulares clave como la traducción de proteínas, la estabilidad del ARN y la respuesta al estrés. Estas enzimas están sobreexpresadas en los cánceres humanos y su inhibición podría ser una estrategia crucial contra la progresión tumoral y la resistencia a los tratamientos actuales.

El cáncer sigue siendo la segunda causa de muerte a nivel mundial, y la resistencia a las terapias existentes es uno de los mayores desafíos en oncología. La Dra. Blanco, científica titular del CSIC y responsable del Grupo de Epitranscriptómica y Cáncer en el CIC de Salamanca, subraya que "el potencial de las modificaciones en el ARN como diana terapéutica representa un cambio de paradigma en la lucha contra el cáncer". El objetivo es desarrollar "fármacos innovadores que no solo frenen el avance tumoral, sino que también mejoren la respuesta a los tratamientos existentes y la calidad de vida de los pacientes".

El Centro de Investigación del Cáncer aporta su experiencia en modelos preclínicos y análisis epitranscriptómicos, mientras que el grupo de la Dra. Hernández contribuye con su capacidad en síntesis y caracterización de nuevos compuestos, así como en metodologías computacionales para el diseño racional de fármacos. Se espera que este proyecto no solo genere conocimiento patentable y transferible a la clínica, sino que también fortalezca la colaboración científica y consolide a Salamanca como un referente en el desarrollo de terapias avanzadas contra el cáncer.