El psiquiatra José Antonio Aguado Mañas, del Centro Hospitalario Benito Mennide Valladolid, ha presentado en la Facultad de Psicología de la Universidad Pontificia los mecanismos de acción de la psicofarmacología clínica
Tras afirmar que el tratamiento de las personas con enfermedades mentales es un tema muy complejo, Aguado ha justificado que los psicofármacos son las herramientas para tratar estas enfermedades.
El psiquiatra considera necesario que los futuros psicólogos conozcan los distintos tipos de fármacos (antipsicóticos, antidepresivos, estabilizadores, ansiolíticos e hipnóticos) y los efectos secundarios que provocan en el paciente "para que puedan trasladar a los psiquiatras esta información y corregirlos".
Aguado se ha referido a la pauta de actuación que realizan los profesionales con los psicofármacos en los entornos hospitalarios "donde las combinaciones de medicamentos son más complicadas", porque estás en un entorno controlado.
Según las patologías, el peso del tratamiento psicológico (del psiquiatra o psicólogo) respecto al uso de los fármacos varía. "Hay patologías en las que el 90% del peso cae sobre el psicofármaco, sobre todo en las patologías más graves como esquizofrenia, paranoia, depresión... Lo importante es afinar bien el tratamiento para que permita al paciente continuar con la terapia", ha proseguido.
"Sin el apoyo del entorno social, la red de salud mental y el apoyo familiar y de amigos, los pacientes evolucionan mucho peor y necesitan dosis más altas para alcanzar cotas de funcionamiento más pobres", ha asegurado, por lo que hay que contar con ese apoyo en el momento de realizar los tratamientos.
Los psicofármacos son tratamientos baratos si se comparan con otras especialidades, asegura el psiquiatra. "El verdadero gasto está en los costes indirectos: bajas laborales, de productividad, absentismo, ingresos hospitalarios...", ha finalizado.
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