Rafa Nadal cambia la cinta por el birrete, las tiritas por el anillo y la raqueta por el libro para convertirse en 'honoris causa' de la USAL
El manacorí ha reconocido en un sentido discurso que su formación ha sido distinta, ya que su vida se ha desarrollado en torneos de tenis de los cinco continentes: "El deporte ha sido mi propia universidad"
Los cuchicheos y la expectación reinan en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca. Tan solo son interrumpidos por el sonido de las chirimías que preceden al cortejo de los doctores, debidamente engalanados con sus trajes académicos. El rector y las autoridades son los últimos en entrar. Todo el mundo toma asiento en una sala abarrotada. Todo el mundo desea ver a Rafa Nadal, que espera en el Aula Fray Luis de León a que Ricardo Canal, su padrino y decano de la Facultad de Educación, vaya a buscarlo. En unos instantes cambiará la cinta por el birrete, las tiritas por el anillo y la raqueta por el libro. Insignias que le convertirán en el primer deportista en ser nombrado doctor 'honoris causa' por la USAL.
Rafa Nadal entra en el Paraninfo. Pareciera que está pisando tierra batida. Todas las miradas se centran en él. Se sitúa frente a Juan Manuel Corchado, que concede la venia. Es entonces cuando Ricardo Canal sube al estrado para enumerar los méritos del extenista, aquellos que le hacen merecedor del mayor reconocimiento de la USAL y que son de sobra conocidos por todos. No pierde la oportunidad de recordar que "el conocimiento no es exclusivo de nadie, ni siquiera de la Universidad", una mera mediadora del saber. Este "nos acompaña siempre y puede florecer en cualquier rincón", y la resiliencia, el esfuerzo y la disciplina de las que hace gala en manacorí "son expresiones del conocimiento".
Finalizado el elogio, Ricardo Canal y Rafa Nadal vuelven a colocarse ante el rector para la concesión del grado y la imposición de las insignias. El manacorí jura guardar el honor de la Universidad de Salamanca esté donde esté, recibe la medalla e inicia su discurso de gracias. Sin duda, el momento más esperado del acto. Todos los presentes están expectantes ante las palabras del primer deportista nombrado 'honoris causa' por la institución. "Quiero empezar haciendo mención a esta institución tan importante para la historia, España y la humanidad. Es un inmenso honor ser el primer deportista investido doctor 'honoris causa' de la USAL", dice.
"El deporte ha sido mi propia universidad"
Rafa Nadal reconoce que su formación ha sido distinta a la los doctores presentes, ya que su vida se ha desarrollado en torneos de tenis de los cinco continentes: "El deporte ha sido mi propia universidad. Lo que aprendí en las pistas me ha acompañado siempre, dentro y fuera del tenis. Me enseñó el valor de la disciplina; nada se consigue sin esfuerzo diario, sin compromiso y sin cuidar los pequeños detalles". También le instó a no sentirse mejor que nadie, porque "en las competiciones y en los torneos, como en la vida, nadie gana siempre". "Siempre hay un rival que puede superarte y creo que aceptar la derrota, aprender de ella y esforzarse para volver a levantarse, es una de las lecciones más valiosas que aprendí con el paso del tiempo", añade.
Su particular formación se completó con un "pequeño doctorado en resilencia". El extenista ha atravesado momentos difíciles debido a sus lesiones. El síndrome de Müller-Weiss que sufre ha sido la patología que más veces le ha apartado de las pistas. "He aprendido que lo importante no es solo volver, sino volver con ilusión, con energía y con la actitud de seguir luchando, aunque las circunstancias no sean las idóneas". El deporte, en definitiva, le ha enseñado la "importancia de vivirlo con pasíón", un ingrediente fundamental junto al amor para "sostener una carrera tan exigente y disfrutar incluso en los momentos de mayor esfuerzo y dificultad.
El extenista continúa su discurso con una anécdota de su adolescencia para poner el foco en la importancia de la educación. "En 2002 estaba muy ilusionado con un objetivo: participar en el torneo junior de Roland Garros. Veía en esa cita la gran oportunidad para competir en uno de los escenarios más importantes de mi deporte", relata. Sus padres se negaron a ello al coincidir con la época de exámenes. "Con 15 años. Fue muy dificil de entender. No jugué. Con el tiempo he comprendido que aquella decision fue una gran lección y les doy las gracias por permitirme acabar mi formación obligatoria".
Estamos en el Paraninfo. Lugar ligado estrechamente a la figura de Miguel de Unamuno. Nadal es consciente de ello y rescata una de sus frases: "Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado". Con ella intenta explicar lo que ha intentado realizar en su carrera: "Mirar hacia delante y no conformarme con lo que había conseguido, trabajar día a día para construir un futuro mejor, con la ilusión de seguir aprendiendo y mejorando". También parafrasea a Nelson Mandela para señalar que el deporte tiene el poder de cambiar el mundo, inspirar y unir a las personas.
El nuevo doctor 'honoris causa' concluye su intervención con el deseo de que su trayectoria inspire a otros y con la promesa de ser fiel a los valores que el deporte le ha enseñado: "Este día lo llevaré siempre conmigo". Rafa Nadal enmudece. Su silencio es sucedido por un sonoro y largo aplauso de todos los presentes, entre los que se incluyen su familia, autoridades políticas y miembros del Claustro de Doctores de la Universidad de Salamanca.
"Hemos sido testigos de un momento único que formará parte de la historia de Salamanca. Agradezco que aceptase este reconocimiento. Sus palabas cargadas de sentimiento y pasión evidencian lo acertado de la decisión. Su incoporación al Claustro de Doctores es un orgullo", recalca el rector, Juan Manuel Corchado, que da la bienvenida al homenajeado y la enhorabuena a sus padres: "Educaron a su hjo para que mantuviera los pies en la tierra. Además de un deportista excepcional, es una persona extraordinaria".
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