La Universidad de Salamanca se encuentra inmersa en el proceso de restauración de la sillería antigua de la Biblioteca General Histórica, un conjunto de 15 sillas de cadera, con respaldo y brazos formados por la prolongación en altura de los montantes curvados en un perfil eseado, procedente de la Rectoral del Colegio Mayor San Bartolomé, como puede apreciarse en los detalles de la decoración de los asientos.
En la primera fase del proyecto, el trabajo de recuperación de este rico patrimonio mueble se ha centrado en seis piezas, con un presupuesto superior a los 14.500 euros, financiados por el Vicerrectorado de Economía y la empresa Feltrero División Arte.
La sillería, datada entre 1750-1780 y cuya tipología resulta de la evolución de la silla de tijera, es de autoría desconocida y está realizada en técnica breve de madera de nogal, cuero y tachuelas de bronce dorado, presentando unas dimensiones de 105 x 70 x 68 cm. Tanto el asiento como el respaldo cuentan con decoraciones de diferentes motivos vegetales, florales y curvilíneos, policromados, dorados, rocallas, volutas y cornucopias.
Además, en la parte central está el retrato de don Diego de Ayala Maldonado, fundador del Colegio San Bartolomé, en una orla flanqueada por ángeles tenantes, con mitras y cruces, retratado con el traje eclesiástico y con el bonete. Figura también el escudo de Anaya y a ambos laterales de la orla aparece “Colleg. May:” y “D. Bartlo”. Por otra parte, bajo el fundador del Colegio está San Juan de Sahagún y en la parte inferior de los laterales hay grupos de personas que representan a los antiguos alumnos -cardenales- del Colegio, con sus nombres indicados debajo.
Estado de conservación de la sillería
El informe técnico indica que el conjunto de sillas presenta diferentes estados de conservación. En lo que respecta a la estructura de madera, en general, se encuentran en buen estado, si bien, todas tienen ataque de xilófagos coleópteros, apreciables en los pequeños orificios y galerías que producen los insectos y en los restos de serrín. Además, en varios casos hay fendas, grietas o pequeños levantamientos y, en aquellos más graves, hay roturas y pérdidas de elementos. En casi todas las sillas hay pérdidas de las tachuelas doradas de bronce.
Por otra parte, los elementos de cuero están bastante deteriorados, están deshidratados, rígidos y quebradizos. En los respaldos hay bastantes desgastes, abrasiones, arañazos pérdidas de policromía, craquelados, levantamientos y manchas. Los asientos al aire están en muchos casos rotos de forma completa o parcial, han dejado de ser funcionales y su frágil estado no permite su uso.
Propuesta de intervención
En los próximos meses se llevarán a cabo diferentes acciones de restauración. Así, la propuesta general de intervención plantea una limpieza superficial mediante microaspiración y brochas de pelo suave. Para el tratamiento de la estructura de las piezas se prevé acciones de desinsectación curativa y preventiva; limpieza físico-química, encolado de piezas sueltas, realización de injertos en pérdidas, uniones mediante espigas de madera, realización/confección de elementos faltantes que tomen como modelo de referencia las piezas existentes y barnizado o capa de protección final.
En cuanto al tratamiento del cuero, la principal problemática surge de la dificultad de mantener la finalidad funcional y estética de las sillas. La zona del asiento, bastante dañada en casi todos los casos, tiene además una función sustentante. Dada la fragilidad de los muebles, debe considerarse que son muy vulnerables y que las prestaciones no podrán ser las mismas, lo que obligará a fijar limitaciones de uso.
Asimismo, para el tratamiento de los elementos metálicos se procederá con la eliminación del óxido y protección de elementos metálicos con resina acrílica y posterior sustitución de faltantes.
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