La última EPA, correspondiente al primer trimestre de 2014, muestra que hay 156.000 salmantinos que componen la población activa, es decir, personas de más de 16 años y que no se han jubilado ni cuentan con alguna incapacidad laboral. Teniendo en cuenta que son 1.500 menos que el trimestre anterior debido a la fuerte emigración existente en Salamanca por la escasez de oportunidades laborales.
De esta cantidad, 119.000 se encuentran trabajando y 37.100 están en el paro. Sin embargo, si a los desempleados le sumamos otras 32.700 personas que se dedican a las labores del hogar, por lo que no cotizan pese a estar en edad de poder trabajar, y otros 18.200 estudiantes, suman 88.000 salmantinos que podrían estar trabajando pero no lo hacen por diferentes motivos.
La diferencia entre trabajadores y personas sin empleo se ha estrechado a pasos agigantados desde el inicio de la crisis. Así, la distancia se ha acotado, pues por ejemplo hay 3.200 ocupados menos que hace un año y casi dos mil parados más, además de dos mil estudiantes más y trescientas empleadas del hogar más. Cifras a las que habría que sumar 78.000 jubilados en una provincia que envejece a pasos agigantados.