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La reunión que Javier Mínguez y Alejandro Valverde mantuvieron en Salamanca para preparar el Mundial que ganó el murciano

El 3 de septiembre de 2018.

Reportaje Alejandro Valverde y Javier Mínguez (1)

El domingo 2 de septiembre de 2018 laVuelta a España llegaba a la provincia de Salamanca y finalizaba su novenaetapa en La Covatilla. Un día después, los participantes afrontaban la primerade las dos jornadas de descanso de las que constaba la prueba. Dado que elmartes había que salir de la capital provincial con destino a Bermillo deSayago (Zamora), los equipos pasaban el día de asueto en tierras charras.

Mientras los ciclistas aprovechaban estehecho para entrenarse, conceder entrevistas y conocer la capital y el alfoz, elseleccionador de España, Javier Mínguez, lo destinaba a desplazarse aSalamanca. Afincado en Valladolid, viajaba para visitar a varios corredores quetenía en mente convocar para los Campeonatos del Mundo, que se disputaban enAustria del 23 al 30 del mismo mes.

“Aunque faltaba por cerrar la lista, tuve que llevarle a Jonathan Castroviejo (Sky, ahora Ineos) el kimono decontrarreloj con el que competiría y acudí al hotel de concentración de variosconjuntos. Estuve en el del Bahrain-Merida, el Palacio de Castellanos, donde mereuní con los hermanos Ion y Gorka Izagirre. El segundo me dijo que lo quitaradel posible listado porque estaba fatigado tras disputar el Tour de Francia yla Vuelta a España. Fue sincero y me hizo un favor”, revela Mínguez aSALAMANCA24HORAS un año después de esta circunstancia.

El seleccionador, en el cargo hasta el 31de diciembre de 2018, también pasaba por el Hotel Recoletos Coco, donde sehospedaba el Movistar, para charlar con Alejandro Valverde, llamado a ser eljefe de filas de la selección en la prueba en ruta: “Antes del Tour de Franciaestuve con él en Granada perfilando la preparación del Mundial. Habíamosacordado que no disputaría la victoria de la Vuelta a España y en ese momentoya llevaba dos etapas y marchaba segundo a un segundo del líder, Simon Yates(Mitchelton-Scott). Entonces, entré en la habitación, en la que se encontrabansu mujer, su masajista y su director, Eusebio Unzué, y le gasté una broma. Ledije que venía de ver al dorsal 61 (Simon Yates) y de comentarle que se relajaraun poco para que Valverde se pusiera de líder un día, se hiciera la foto derecuerdo y se olvidara de pelear por la General, pues estaba poniendo enpeligro su preparación para el Campeonato del Mundo. Obviamente, lo hice deguasa y delante de su director, pues yo no era quién para meterme en los planesdel Movistar. Eso sí, el objetivo era recordarle cuál era nuestra planificacióny el acuerdo que teníamos”.

De esta manera, el vallisoletano buscabaque el corredor murciano llegara descansado a un Mundial que presentaba unrecorrido acorde a sus características. “No me hizo caso y peleó el triunfohasta el final mientras yo pensaba que iba a reventar”, indica el directorciclista.

“Esta anécdota producida en esa pequeñareunión en Salamanca, ciudad a la que voy de vez en cuando y en la que resideLuis Luengo, mecánico de mis equipos durante varios años y al que considero demi familia, se acrecentó, una vez concluida la Vuelta, en la concentración quehicimos previa al Mundial, en Granada. Allí, Alejandro Valverde se presentó condos amigos suyos y, al presentármelos, les indicó que yo era la persona a laque no hacía caso”, explica Javier Minguez.

Sin embargo, el 30 de septiembre de 2018,quienes se habían reunido en una habitación de un hotel salmantino porque losplanes estaban siguiendo un camino distinto al marcado, alcanzaban la gloria enInnsbruck.

Tras dos medallas de plata y cuatro debronce, Alejandro Valverde ganaba el Mundial y se enfundaba el jersey arcoírisque distingue al campeón de esta carrera, que ese día tenía en cuenta que ledebía una a Javier Mínguez tras la conversación que habían tenido en Salamanca.

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