Local

Las otras mascarillas que se podían ver en Salamanca hace ochenta y tres años

No hay mayor estado de alarma que el de una guerra, y Salamanca se encontraba inmersa en una bien cruel y fratricida hace ochenta y tres años

Antigás 2

Las fotografías que ilustran este reportaje fueron tomadas en Salamanca por la Delegación del Estado para Prensa y Propaganda, creada en mayo de 1937 tras el Decreto de Unificación. Salamanca fue retaguardia del bando nacional durante la contienda y en ella, en los primeros compases de la Guerra, se estableció el cuartel general con Franco a la cabeza.

En una época, la actual, en la que existe el temor a la utilización de virus como armas biológicas, numerosos documentos gráficos y escritos muestran que, en la Guerra Civil Española, cohabitó la sospecha en ambos bandos de la posible utilización de armas químicas.

Había motivos. En la Gran Guerra eluso de gas venenosa se extendió al tratarse de una importante y temibleinnovación militar. Los gases utilizados iban desde el gas lacrimógeno aagentes incapacitantes como el gas mostaza y letales como el fosgeno. Por ellofue apodada como “la guerra de los químicos”.

Alfinal de la guerra, las armas químicas habían perdido gran parte de suefectividad contra las tropas bien entrenadas y equipadas. En aquel momento,una cuarta parte de los proyectiles de artillería que se disparaban conteníanarmas químicas, pero solo causaban un 3% de las bajas.


Laopinión pública se opuso en aquel entonces al uso de tales armas, lo quecondujo al Protocolo de Ginebra, un tratado que prohibía el uso (pero no laacumulación) de armas bacteriológicas o de gas letal, que fue firmado en 1925por la mayoría de los contendientes de la Primera Guerra Mundial. La mayoría delos países que firmaron lo ratificaron unos cinco años después, aunque algunostardaron mucho más. Japón y Estados Unidos no lo hicieron hasta los años setenta.

Crímenesde guerra en el nombre de España

Estáprobado que el ejército español uso armas químicas en Marruecos durante laGuerra del Rif. Entre 1921 y 1927, el Ejércitocolonial español bombardeó de manera sistemática los poblados de la comarcamarroquí del Rif para acabar con la rebelión independentista dirigida porAbdelkrim El Khattabi. Y en los bombardeos empleó armas químicas como elfosgeno, la cloropicrina, el difosgeno y el gas mostaza. La denuncia estáavalada por el trabajo de historiadores como los españoles Rosa María deMadariaga, Ángel Viñas y Juan Pando, y los europeos Sebastian Balfour y JeanMarc Delaunay.

Sin embargo, las autoridades marroquíes no han demostrado elmenor interés por esclarecer los hechos. Tiene su lógica teniendo en cuenta queel régimen marroquí utilizó también masivamente armas químicas contra larebelión rifeña entre 1956 y 1958, una vez alcanzada la independencia.

Por ello, llegados al verano de1936 y conocedor de estos antecedentes, el general Franco pidió a Italia quesuministrase a su ejército máscaras y gases para utilizarlos sólo en caso deque el enemigo los emplease abiertamente. Según los historiadores José María Manrique y Lucas Molina, Franco teníanoticias de la fabricación de cloro en la Valencia y del nuevo uso de gaseslacrimógenos en la sierra de Guadarrama, aún en manos del Gobierno de laRepública. En esos días, el general Emilio Mola —que moriría poco después— habíarealizado unas explosivas declaraciones a The Times, asegurando que losnacionales poseían grandes reservas de gas, pero que no vulnerarían losconvenios internacionales que prohibían su uso.


José María Zavala cuenta en un artículo en La Razónque en octubre de 1936 comenzaron en el bando nacional los estudios parafabricar un gas sofocante, otro lacrimógeno y un detector de campaña en laregión militar de Aragón.

La sociedad elegida para este proyecto fue Energíae Industrias Aragonesas, que poseía una fábrica en la localidad oscense deSabiñánigo, donde se instaló un taller de fósgeno, bombardeado poco después porla artillería republicana. Entre enero y febrero de 1937, Franco recibió de susaliados italianos cincuenta toneladas de iperita destilada, suficientes paracargar alrededor de 40.000 proyectiles de artillería, además de un pedido de20.000 proyectiles que contenían arsina.

Al mismo tiempo, Franco reforzó sus medios defensivos.En octubre de 1936 se organizó en Sevilla el primer Equipo de Neutralización deGuerra Química, encomendado al farmacéutico Raimundo Blasco; este equipo fueincorporado a la columna nacional que se dirigía hacia Talavera de la Reina enaquel momento.

En Salamanca, por su parte, se instaló una Academia deGuerra Química, donde se impartieron cursos para oficiales sobre aspectosrelacionados con la defensa y con el peligro que entrañaba ese tipo de armas.Lasmedidas defensivas incluían también la producción de medicamentos para combatirlos efectos de las temidas armas químicas.

Las fotos muestran a una unidad antigás formada en 1937en Salamanca, absolutamente pertrechada para la guerra química.

Comentarios
Estela Hace 3 años (14/05/2020 21:25)
Dios mio ke pena y miedo,, <br/>151
anónimo Hace 3 años (15/05/2020 10:29)
Ahora también es una guerra.La Naturaleza se ha rebelado ante los ataques humanos. <br/>122
Ver más