Las 20 horas de cada díasuponen el momento oficioso destinado en la agenda de los residentes en Españaa aplaudir desde ventanas y balcones a los que luchan en primera línea contrael coronavirus.
Ese momento creadoespontáneamente en la agenda de la sociedad desde que se decretara el estado dealarma (el 14 de marzo las ovaciones se tributaban a las 22 horas, pero al díasiguiente se adelantaba el horario para que pudieran participar los niños)también es compartido por quienes viven en Salamanca.
Y como el propio hecho en sí,espontáneamente ha surgido un ritual en el paseo de la Estación, justo delantede la estación de trenes, donde dos autobuses municipales que circulan endirección contraria se cruzan entre los aplausos de los vecinos de la zona.
Desde estos transportes, losconductores se suman al reconocimiento que se efectúa a esa hora y hacen sonarlos cláxones de los buses para participar en esta costumbre sin importar queluzca el sol, llueva o, en medio de la cuarentena, se haya adaptado el reloj alllamado ?horario de verano?.