La Catedral de Salamanca sigue sorprendiendo por la cantidad de tesoros que alberga entre sus muros, algunos de los cuales permanecen ocultos durante décadas. Tal es el caso de una importante colección de utensilios musicales pertenecientes a los siglos XVI y XVII que han sido restaurados recientemente en el Instituto de Patrimonio Cultural de España. "Hace poco tiempo, al tirar de una cajonera para limpiarla, se oyeron unos ruidos. La sacaron y vieron que se habían caído varios instrumentos que llevaban cuatro cientos años esperando a ser descubiertos", ha señalado Antonio Matilla, deán del templo.
En total, han sido nueve piezas las halladas y restauradas en un proceso que ha durado cerca de un año: dos chirimías con sus fundas, una trompa marina, un arpa, dos estuches de cornetas y otro que podía albergar hasta diez flautas. "Esta colección de instrumentos es única en el mundo por su calidad, ya que, aunque hayan estado olvidados, se conservan muy bien; y por la cantidad de fundas que han aparecido, que denotan información sobre los utensilios musicales que guardaban y que eran parte de la Catedral pese a que no se conservan", ha destacado Juan Alberto Pérez Varela, miembro del grupo musical La Danserye.
Uno de los utensilios más curiosos es una funda con varios huecos que servía para guardar hasta diez flautas dulces de distintos tamaños. "Es un hallazgo muy importante, porque nos habla de las tesituras de dichas flautas: soprano, tenor...", continúa diciendo. Este descubrimiento, junto al resto de instrumentos, evidencian el "poderío" que tenía la Catedral de Salamanca dado al alto coste de los mismos, algo que, en la época, solo podían sufragar otros cabildos como los de Sevilla y Córdoba.
Con esta nueva restauración, la Catedral de Salamanca continúa recuperando parte de su importante patrimonio, ya que en los últimos años también ha acometido la mejora de tres valiosas obras: ‘La expulsión de los mercaderes’ y ‘La matanza de los inocentes’, de Spadaro, y ‘Cristo camino del Calvario’, de Carlo Maratta. De esta última, “no se podía ver el dibujo ni el colorido”, señalaba una de sus restauradoras, Carmina Fernández, en una rueda de prensa ofrecida en el pasado mes de septiembre. “Ahora es posible descubrir la originalidad y relacionar más fácilmente el cuadro con otros trabajos del pintor italiano”, añadió.
Los ministriles y su importancia en la época
La restauración realizada "es el primer peldaño para reconstruir la música de la época", ha resaltado Juan Alberto Pérez. Ese periodo histórico es el de los siglos XVI y XVII, cuando los ministriles, músicos contratados para amenizar eventos de envergadura como bodas reales, fiestas o acompañar las voces en las capillas de las catedrales o en la procesiones, eran parte de la sociedad.
Entre los instrumentos que tocaban se encuentran algunos de los que pertenecen a la colección de la Catedral de Salamanca: flautas, chirimías, orlos, arpar ibéricas, muy populares al servir de bajo; bajones, bajoncillos o la trompa marina, perteneciente a la familia de cuerda aunque su sonido recuerde al de una trompeta. "Todos ellos se dejan de usar en el siglo XVIII y se les dan otros usos, para fiestas menores, hasta que se extinguen", ha señalado Juan Alberto Pérez.
Grupos musicales como Esemble La Danserye buscan recuperar algunos de esos instrumentos, como los orlos, para dar a conocer y emular la música que se interpretaba desde la Edad Media hasta el primer Barroco. "Son réplicas. Algunos originales se podrían tocar pero con el vapor de agua sufrirían mucho. Otros de cuerda si se sacan porque están más protegidos por los barnices", explica Juan Alberto Pérez tras mostrar como suena uno de ellos entre los muros de la Catedral.
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