Visitas guiadas entre tumbas de personajes ilustres y panteones de valor: el cementerio de Salamanca como atractivo turístico

El cementerio de San Carlos Borromeo se convertirá en el nuevo atractivo turístico de la capital del Tormes a finales de verano. El Ayuntamiento ha anunciado este martes que está ultimando un proyecto de señalización y audioguías con datos históricos, de manera que cualquier persona, incluida aquella que tenga problemas de visión, podrá recorrer los puntos más interesantes del camposanto por libre en su horario de apertura. Tan solo deberá escanear un código QR que conduce a un archivo de audio. Quienes prefieran tener las explicaciones de un experto, tendrán la oportunidad de apuntarse a una visita guiada que transcurra entre tumbas de personajes ilustres, panteones con valor artístico y otros elementos de interés que rescata Salamanca24horas en este artículo.

Tumbas de personajes ilustres

El camposanto charro está lejos de albergar tantas celebridades como los cementerios de Père-Lachaise, en Paris, o de Hollywood Forever, en Los Ángeles. Aún así, puede presumir de ser el lugar de descanso de importantes personalidades del ámbito local y nacional, como Miguel de Unamuno. Sus restos se encuentran junto a los de su hija mayor, Salomé, en el nicho 340, al que se accede por el pasillo de la izquierda desde la puerta principal de San Carlos Borromeo. En él se puede leer el siguiente epitafio: “Méteme, Padre eterno, en tu pecho, misterioso hogar. Dormiré allí, pues vengo deshecho del duro bregar".

Otras dos tumbas que se incluyen en el proyecto son las de Dorado Montero, jurista que introdujo el positivismo jurídico en el país y representante del correcionalismo español, y Rafael Farina. La del famoso cantante de copla y flamenco está ejecutada en granito negro y custodiada por una Piedad de porcelana vitrificada. También cuenta con un bloque de mármol dispuesto como un libro. En sus placas doradas se pueden leer dos versos y observar el dibujo de una silla y una guitarra española como homenaje al intérprete de 'Mi Salamanca' por el segundo aniversario de su fallecimiento.

Aún se desconoce quiénes tendrán también protagonismo en el nuevo plan turístico del Ayuntamiento de Salamanca. Las opciones son múltiples: el historiador Manuel Villar y Macías; Enrique Esperabé y Arteaga, el que fuera rector de la Universidad; Filiberto Villalobos; Serafín Holgado, abogado asesinado en la matanza de Atocha de 1977; el músico Gerardo Gombau; el literato Fernando Íscar Peyra; y Federico Anaya, exalcalde de la ciudad y fundador de la extinta Unión.

Panteones con valor artístico

El primer contacto de los visitantes del cementerio con el arte funerario que alberga se producirá nada más traspasar la entrada ubicada en la avenida de Luis Camoens, la que da acceso a la parte más antigua. Y es que caminando unos pocos pasos a la izquierda se encuentra el sepulcro de Antonia Carabias, cuyo rostro se enmarca en un medallón sobre una guirlarla embocada en dos cacezas de león. El mausoleo forma una especie de cubo con columnitas salomónicas de mármol blanco y capiteles de gusto 'románico' en los ángulos, según destacacan los catedráticos Nieves Rupérez y José Ignacio Díez en una obra conjunta.

Los turistas y salmantinos pueden apreciar otros panteones abiertos, como el de don Eloy Lamanié de Clairac, antes de acercarse a los cerrados que se impusieron a finales del siglo XIX. En el familiar de doña Laureana Ramos dominan las formas eclécticas y en el de Cándida López, la extraña cúpula de estilo neogóico. Pero si hay un mausoleo que destaca por encima del resto es el de Teresa de Zúñiga y Cornejo, célebre por la polémica que tuvo con el consistorio cuando este decidió abrir la Rúa desde Palominos, lo que afectaba a la casa señorial de 'La Corneja'. Su lugar de descanso es de grandes dimensiones e imita a una iglesia románica.

Otros elementos de interés

Las visitas guiadas transcurrirán igualmente por la Capilla del Cementerio de San Carlos Borromeo y el crucero de San Cebrián, cuya imagen 'renovada' ha sido presentada este mismo martes. La obra data del siglo XVI y fue creada para recordar a la iglesia del mismo nombre que se erigía en la plaza de Carvajal. Fue trasladada dos siglos después al camposanto para acentuar su carácter sagrado y minimizar su exposición a las inclemencias del tiempo.