Seis kilómetros separan la basílica de Santa Teresa, situada en la villa de Alba de Tormes, de la fuente de Santa Teresa. Un espacio que preside el manantial adecentado con un merendero y que los albenses utilizan para honrar a la Santa. Especialmente cada fin de año, cuando desde hace ya unos cuantos peregrinan para mostrarle su devoción.
Así, casi un centenar de albenses han caminado (y algunos corrido) este lunes, 31 de diciembre, hasta la fuente, en una celebración que se realiza desde hace dos décadas.