En muchas ocasiones son lospequeños actos los que cambian por completo el curso de las cosas. Peroprecisamente, esos pequeños actos pueden llevar a grandes consecuencias si seactúa rápido, sobre todo cuando es una vida la que hay de por medio. Es el caso de José Carlos,un entrenador personal que también trabaja como socorrista en las piscinas deCabrerizos, que, gracias a su rápida acción y a sus conocimientos de primerosauxilios, ha salvado la vida a un niño de dos años.
El pequeño se encontraba en lamañana de este jueves tomando un aperitivo con sus padres en la terraza de unbar del Parque Picasso de Salamanca. En un desafortunado momento, al niño se leha quedado un trozo de comida atascado en la laringe y se ha comenzado a ahogar. José Carlosestaba en una de las mesas contiguas con su pareja, ha visto al niño y surápida acción le ha salvado la vida.
Desde SALAMANCA24HORAS le hemospodido entrevistar en exclusiva. José Carlos, es una persona amable y cercana,amante del deporte y que en todo momento ha querido restarle importancia a suoportuna intervención. “Lo he hecho de manera intuitiva, como lo haríacualquier persona en mi situación. He visto que el niño se estaba ahogando yque los padres, fruto de los nervios –algo normal en estos casos-, no erancapaces de reaccionar. Lo he hecho sin pensar, porque creo que una rápidaacción, es vital para salvar una vida”.
Por fortuna todo quedó en unsusto, “los padres me lo han agradecido y yo he seguido tranquilamentetomándome algo. El niño, casi no ha sabido ni que ha pasado y solo me mirabacon cara de ‘ese señor me acaba de coger, me ha dado dos golpes y no sé por qué’,bromea José Carlos.
“Nosdeberían enseñar desde pequeños lo importante que es tener conocimientos deprimeros auxilios”
José Carlos ha querido realzarla importancia y la necesidad de que todos los ciudadanos tengan unosconocimientos básicos de primeros auxilios “Se debería impartir en los colegios,porque parece una bobada, pero es algo que puede salvar una vida el día demañana. Yo creo que una buena medida sería que cada mes en los colegios seenseñara a los niños algo de esto, se requiere poco tiempo, pero lasconsecuencias pueden ser muy buenas. Por ejemplo, yo creo que la reanimacióncardiopulmonar lo debería saber todo el mundo a partir de los 14 años, es algoque debería ser inculcado desde el colegio.
Así mismo, destaca laimportancia de actuar rápidamente, pero también con la cabeza fría “Si algo mepasa a mí, me gustaría que viniera alguien que actúe rápido y sabiendo lo quehace. Hay que tener en cuenta que en el caso de los niños es ligeramentediferente el proceso al de los adultos. A ellos hay que cogerlos boca abajo,inclinarles ligeramente y darles dos pequeños golpes secos en la parte de lacolumna.” Aclara.
Demostración de la maniobra de Heimlich en bebés / QAI Publishing (Getty Images)
Desgraciadamente, no ha sidola primera vez que ha tenido una situación similar. Pero por fortuna, todas lasha resuelto con éxito “la primera vez fue en mi casa con un grupo de amigos. Suhija se atragantaba y comenzó a ponerse azul, ninguno éramos capaces de actuary yo, que por aquel entonces no tenía los conocimientos de primeros auxilios,al final actúe instintivamente y la cosa no paso a mayores”, concluye JoséCarlos.