La madre del fugitivo Esteban Vacas: "No ha salido de casa en tres años. Yo le traía el tabaco y las cocacolas"

Parece claro que la madre, de forma voluntaria, dio cobijo a su hijo a lo largo de varios años. Estrictamente, permitió que el fugitivo se escondiera en su vivienda y no pudiera ser localizado por la Policía Nacional hasta el pasado miércoles. Sin embargo, su posible imputación por encubrimiento podría no ocurrir nunca

18 Comentarios

 Madre1
Madre1

Una modesta casa, con una cocina diminuta, una televisión y, eso sí, una Xbox y una PlayStation 3, las dos, porque a Esteban le gustaban mucho los videojuegos. Y así pasó tres años de su vida, según su madre, fumando y jugando junto a la televisión, entre otros, a Los Sims, oculto entre las cuatro paredes de la casa de la calle Coral, evitando ser visto para no levantar sospechas. Como una sombra.

 "Un día vino por la tarde y dijo: vengo a quedarme. Pues quédate, hijo (...) Si usted llega llamando a la puerta de su madre, ¿qué haría ella?". El relato de la madre de Vacas recuerda a aquellas historias de la posguerra. La de los topos que vivieron ocultos durante años para escapar de la represión franquista y cuyas peripecias relató el periodista Manu Leguineche.  Pero claro, el relato en este caso carece de ese halo de misterio y leyenda, ya que esta mujer se lo cuenta a un reportero del programa de Ana Rosa, de Telecinco. 

Y ella le abrió la puerta. "Me comprometo con mi hijo, por supuesto, aunque me lleven a mí ahora mismo a la cárcel. Y si lo vuelven a traer lo vuelto a tener, porque es mi hijo y ante él no se pone nadie". "¿Cómo pasaron esos tres años?", le pregunta el periodista. "Ahogada, muerta, agobiada cada día. Un día me dijo que le dolía el hígado y mire usted, creía que me moría yo".  Sobrecogedor.

La responsabilidad de la madre

Mientras tanto, fuentes de la prisión de Topas señalan a SALAMANCA24HORAs que el fugitivo Esteban Vacas continuaba al menos hasta este sábado en la enfermería y se le está aplicando el protocolo antisuicidos.  Además, se ha solicitado su traslado a otra penitenciaría española para el cumplimiento de su condena.

Parece claro que la madre, de forma voluntaria, dio cobijo a su hijo a lo largo de varios años. Estrictamente, permitió que el fugitivo se escondiera en su vivienda y no pudiera ser localizado por la Policía Nacional hasta el pasado miércoles. Sin embargo, su posible imputación por encubrimiento podría no ocurrir nunca. Primero, debido a su edad, 75 años. En segundo lugar, el artículo 454 del Código Penal contempla la exención de una pena impuesta a un encubridor si se trata de un cónyuge o persona a quien se hallen ligados de forma estable por análoga relación de afectividad. 

Y a Esteban Vacas sólo le quedaba en el mundo su madre. 

Madre1



Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído