Los dos hermanos, J.M.M. y D.M.M., han visto rebajada lasolicitud de prisión del fiscal (de 17 años a 7) durante el juicio celebrado enla mañana de este jueves en la Audiencia Provincial. Se les acusa de losdelitos de lesiones, amenazas, contra la salud pública, tenencia ilícita dearmas y por uso fraudulento del suministro eléctrico.
Los hechos se remontan a mayo de 2017, cuando los hermanos,que aparecieron en un Opel Astra de color azul, se encontraron en una calle deVillamayor con G.A.R., víctima del suceso. Al parecer, y según el escrito decalificación previa del fiscal, estos demandaron una cantidad de dinerocorrespondiente a una deuda que tenía el varón con ellos. Al no satisfacerla,los dos hermanos comenzaron una discusión con el afectado. Según ese mismo documento, y hechos admitidospor ambos acusados, el menor de ellos apuñaló hasta en dos ocasiones a lavíctima y acto seguido, el mayor disparó dos veces cuando este huía.
Según los testimonios de los agentes de la Guardia Civil yde uno de los testigos “esos disparos iban a la altura del pecho y a la cabeza dela víctima. Los disparos intimidatorios van al aire, no acaban en un contenedor”,algo que ha negado el acusado.
En ese momento, G.A.R. huyó hasta casa de un familiardonde fue curado por su tía, que ejerce de enfermera. Después de las curas semarchó a su vivienda y no quiso acudir al Hospital ni declarar ante la GuardiaCivil, aunque en los días posteriores si lo acabó haciendo, “no denuncié pormiedo”
Después de estos hechos, la Guardia Civil encontró elvehículo en una calle del barrio de los Pizarrales y allí registraron lavivienda de ambos. En el lugar se encontraron diferentes sustanciasestupefacientes, así como artilugios dedicados presuntamente a la venta dedroga. Del mismo modo, en la vivienda de D.M.M. se encontraron, en la zona detrasteros, una plantación de marihuana con focos y ventilación que estaban fraudulentamente conectados a la luz eléctrica. En el lugar, también se encontróuna pistola, un revolver, fundas de armas y munición.
J.M.M., el menor de los hermanos, ha admitido portar lanavaja y apuñalar a la víctima “por motivos personales” aunque asegura norecordar en qué lugares. Según sutestimonio, los dos hermanos se encontraron con G.A.R. y comenzaron unadiscusión que acabó con el mencionado apuñalamiento. Después “me marché, semarchó y se acabó”.
El representante del Ministerio Fiscal le ha preguntado porlos diferentes objetos relacionados con el tráfico de drogas que se encontraronen su vivienda (dos básculas de precisión, envoltorios y un molinillo de cafécon restos de droga) J. M. M. ha reconocido que esos objetos estaban en suhogar pero “nunca relacionados con el tráfico de drogas. Todo lo encontrado erapara consumo propio”. Del mismo modo, ha admitido ser consumidor habitual desdehace cinco años y en el momento del apuñalamiento al hombre estaba bajo losefectos de la droga.
Por otra parte, su hermano D.M.M., igualmente ha aseguradoque el día del incidente en Villamayor había consumido diferentes sustanciasestupefacientes y ha admitido sacar una pistola y disparar dos veces al aire: “Lohice para intimidar”. Del mismo modo, ha asegurado que las plantas que seencontraron en su trastero eran para consumo propio y nunca destinadas al tráficoilícito, y ha recalcado que a posteriori ha efectuado los diferentes pagos delsuministro eléctrico.
Teniendo en cuenta el atenuante por drogadicción, así comoel reconocimiento de los hechos por parte de los dos acusados, el representantedel Ministerio Fiscal ha reducido considerablemente la petición de años deprisión. Así para J.M.M. solicita cinco años de prisión por los delitos delesiones (2 años), salud pública con daño grave (3 años) así como a pagar unacuantía de más de 7.000 euros. Por otro lado, para D.M.M. el Ministerio Fiscal solicita dos añosde prisión por un delito de amenazas (6 meses), por tenencia ilícita de armas(1 año) y por un delito contra la salud pública leve (6 meses).
El juicio ha quedado visto para sentencia.