El alma de Diosleguarde en la suerte suprema goza los máximos trofeos de la clase magistral por San Juan de Sahagún
Juan del Álamo pasea el otro triunfo de la tarde, una oreja al mando y a una faena trabajada, a la que se le suma la otra de Grande por la efectividad de su espada
Tras más de una década de sequía taurina por el Día del Patrón, La Glorieta vuelve a lucir en todo su esplendor, radiando felicidad por San Juan de Sahagún, que rememora hoy aquellos tiempos gloriosos cuando se realizaba el festival de las Hermanitas de los Pobres con las más importantes figuras del toreo. Un acontecimiento entonces histórico que vio la luz gracias a su promotor Alipio Pérez Tabernero Sanchón, abuelo de Alipio Pérez Tabernero Martín, que fue el último de la familia en apostar por este festejo que con los años perdió protagonismo y sentido.
Este jueves y en homenaje a los tiempos añejos, la afición salmantina ha acogido en su seno a seis toreros ‘Made in Salamanca’. Javier Castaño, Miguel Ángel Sánchez, Juan del Álamo, Alejandro Marcos, Manuel Diosleguarde y Antonio Grande son los hombres que se han ataviado el traje corto para regalar a la afición salmantina diferentes obras en el cuarenta aniversario de la escuela taurina que los vio crecer, donde se formaron y en la que el niño dejó de ser hombre y se transformó en torero.
Las reses que han pisado la arena del coso charro también han sido criadas en la dehesa salmantina, en el campo de Ledesma, y donde la familia de Luis Palla se ha estrenado en el día del regreso de los toros otro 12 de junio. El debut lastimosamente no ha acompañado a los triunfos de los toreros, ni tampoco los ha facilitado, donde en rasgos generales ha brillado la irregularidad.
Antes de la salida de Javier Castaño, el más veterano del cartel que encara además el año de despedida de los ruedos, los toreros y la afición brindaban su admiración a Don Santiago Martín 'El Viti', dejando un mensaje muy claro, el apoyo a la tauromaquia en un día que se suma a las páginas célebres de esta disciplina artística.
En Salamanca los toros interesan y Salamanca es la capital madre de la bravura, consolidada en una jornada festiva con tres cuartos de plaza, muy por seguro por su entrada a coste cero para unos aficionados que hoy se han mostrado firmes con su apoyo hacia la tauromaquia. Un gesto que no puede quedar desapercibido y del que se debe tomar nota para que La Glorieta vuelva a gozar de venideros llenos, con los precios de los boletos más asequibles al bolsillo, mientras responda la afición.
Encabezando esta clase magistral, un recorrido por toda su trayectoria y volviendo a los orígenes de donde partió, Javier Castaño dejó en el primero de Los Requiles sello de un toreo veterano, ese que da el poso de los años, con 24 de alternativa a las espaldas, y al que no le regaló nada el novillo que fue más noble que bravo, y de mejor embroque que finales. Lo mejor de la obra con la izquierda se emborronó con los aceros, saludando una ovación como premio.
Nueve meses desde la última vez que Miguel Ángel Sánchez hizo el paseíllo por última vez como sobresaliente en la corrida mixta en la que estuvieron acartelados Pablo Hermoso, Enrique Ponce y Marco Pérez y a punto de cumplir los veintitrés años de alternativa, hoy se citaba con los recuerdos para honrar al patrón y a la escuela donde se forjaron aquellos sueños que hoy todavía persigue. Se le pidió la oreja igual que a Castaño, un trofeo que le fue negado por la autoridad, que estuvo demasiado exigente para una clase magistral que no goza de la categoría de una corrida de toros.
Voluntarioso y con mimo estuvo MAS en este segundo Caradura de Luis Palla, más voluntarioso también de comportamiento, que colaboró, obediente en los toques de una franela en la que primó el mimo. Pasaportó la obra con una estocada fácil y algo trasera que tardó en caer, y por el que se entiende que la autoridad no concediera más que una ovación.
El primer trofeo de la tarde llegó en manos de Juan del Álamo que toreó de corazón, qué garra y qué sentimiento tiene este torero salmantino que se entregó con una pasión desmedida en La Glorieta, dejando al público una faena de mando y muy trabajada, que está vez sí fue vista y reconocida por el palco presidencial. Frente a él tuvo a Macareno, otro de Palla que no mejoró la condición de sus hermanos y que fue incierto y irregular, obediente pero sin entrega. No embistió con claridad ni limpieza, ni tampoco de verdad, y sí sabiendo qué se dejaba detrás. Brindó Del Álamo a su hijo Julio, con quien también dio la vuelta al ruedo, saboreando el trofeo. Oreja.
Duque fue el cuarto bis de la tarde, al ser devuelto a los corrales el novillo convocado, de escasa fuerza, que enseguida fue pitado por la afición de La Glorieta para que viera el pañuelo verde. Se presagió mejor de lo que fue realmente este Duque, bravo en el caballo, que se mostró más irregular en la pañosa de Alejandro Marcos, que tapó con su toreo clásico e impoluta composición algunos defectos que apenas se percibieron. Se vino a menos el astado, acusando la insulsez y poniéndose bruto incluso en el embroque, lo que deslució una obra que se quedó en ovación y que fue brindada al Boni, uno de sus fieles banderilleros, que tantas veces ha hecho el paseíllo a sus órdenes.
Si algo define a Manuel Diosleguarde es el hambre de triunfo que ni siquiera le arrebató aquella peligrosa cogida que a punto estuvo de quitarle la vida en Cuellar hace tres años entrando a matar. Hoy fue la ejecución de la suerte suprema la que le permitió gozar de los máximos trofeos de la tarde. Puso el corazón y se dejó el alma, que el palco y la afición supo recompensar con las dos orejas después de ser prendido en una fea cogida de la que se dolió el torero.
La raza de Diosleguarde fue la que tiró de su oponente, el Palla más fuerte del encierro, con cuajo de utrero más que de eral. La portagoya en la que fue desarmado y una larga cambiada de rodillas en el tendido 7, dibujaron lo mejor del conjunto a base de disposición y sin compañero.
El último de la tarde fue también de trofeo. Una oreja, tras aviso, paseó Antonio Grande ante un Palla que agradeció más la suavidad, pero que tampoco le salvó la tarde a Los Requiles. Logró pases sueltos de calidad el torero de San Muñoz cuando más se entregó su oponente llamado Carcelero. Ejecución perfecta en la suerte suprema con muerte fulminante. Oreja.
En el siguiente enlace les adjuntamos también cómo ha sido el 'toro a toro' retransmitido en directo desde La Glorieta, en la clase magistral que ha devuelto el regreso de los toros por San Juan en Salamanca.
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