Olga Casado se ‘corona’ en La Glorieta: toreo templado, clásico y con un sello muy personal
CRÓNICA TAURINA
Cortó una y una oreja la madrileña, a la que le acompañaron con un trofeo por coleta Raquel Martín y Lea Vicens ante un buen encierro, en conjunto, de Montalvo y Sánchez y Sánchez
Conquistar al toreo en la ‘cuna’ de la tauromaquia ha sido el propósito con el que la terna femenina encabezada por Lea Vicens, la más veterana del cartel, junto con Raquel Martín y Olga Casado llegaba hasta la plaza de toros La Glorieta. Una terna que hacía historia desde el mismo día en que sus nombres vieron la luz, acartelados en la Feria Taurina Virgen de la Vega 2025, siendo las tres primeras mujeres que hacen el paseíllo compartiendo cartel en una tarde de toros en La Glorieta desde su inauguración allá por el año 1893.
La salmantina Raquel Martín fue la primera mujer en hacer el paseíllo vestida de luces en esta plaza hace un año, donde se fue de vacío por culpa del desacierto con los aceros. Raquel quien lleva todo el invierno preparando esta cita con la intención de demostrar que “Salamanca tiene una mujer torero”, tal y como relataba a este medio en una entrevista, ha regresado a La Glorieta para saldar cuentas pendientes y puntuar después de dejar al aficionado con la miel en los labios hace un año, donde su trofeo fue la vuelta al ruedo. Aspiraba a más Raquel y lo dejaba claro desde los inicios con el capote en el quite por verónicas, un capote con el que cada vez se va llevando mejor. En suerte le tocó ‘Ojovivo’ el novillo de menos peso de la tarde que brindó a sus compañeras de cartel, Lea y Olga, y que derrochó bondad pero le faltó transmisión. Se trabajó mucho Raquel una merecida oreja que le obsequió correctamente el palco presidencial. En su primer novillo demostró además valentía, superación y madurez respecto a su presentación hace un año. Los mejores pasajes sucedieron con la zurda, al natural, por donde estuvo importante la salmantina. Pinchó en el primer encuentro y dejó una buena estocada efectiva al segundo intento.
Si Raquel se llevó el de menos kilos también se llevó el más pesón de la novillada, un bonito ‘Vivaracho’, con una cara muy bien colocada, torera, cómoda, con el que se estiró la charra de nuevo por verónicas y tafalleras después del puyazo a cargo de Pedro Iturralde. ‘Vivaracho’ no fue tan vivo como indicaba su nombre, pero fue excelso de noble, faltándole empuje y sin consentir las largas distancias. Confió y apostó Raquel, robándole un espectacular cambio de mano como lo más reseñable de la obra. El vestido marfil y con detalles azul turquesa, obra de Justo Algaba, ha actuado por segunda vez en La Glorieta, con el que esta vez sí vio trofeo, aunque solo del primer toro. En su segundo escuchó un aviso, se atascó significativamente con la espada entrando hasta ocho veces a matar. Obtuvo el reconocimiento del público con una calurosa ovación de despedida.
Inició Olga Casado la primera serie de su primer novillo frente al tendido 7 de rodillas, una carta de presentación en la que derrochó personalidad y un toreo clásico de mucha calidad en una exquisita media. Frente a ella ‘Caporal’, otro novillo de Juan Ignacio que demostró clase y un corazón cargado de bondad. Fue muy noble y con un gran pitón izquierdo que regaló un toreo a ralentí a la novillera madrileña. Por el derecho no hubo tampoco nada que reprochar al de Montalvo que también se dejó mucho. Una media estocada fue suficiente para obtener una faena de oreja que le fue brindada al matador de toros y también empresario Antonio Barrera.
En el primer novillo quitó por gaoneras Casado, en el segundo el capote no pudo ser, pero sabedora del buen fondo de su oponente al que leyó pronto, lo inició por ayudados por alto y un precioso trincherazo como colofón. Estuvo muy serena, con cabeza, firme y estructurando a un novillo que pedía orden y limpieza, al que le supo responder Casado acertada con la distancia, la colocación y las alturas, estirando el brazo y componiendo sin perder ni la figura ni la torería. Toreo con frescura y al que hay que ponerle mucho ojo porque Olga Casado está decidida a ser alguien en este mundo. Buena estocada al segundo intentó que le abrió la Puerta Grande. Oreja.
La rejoneadora francesa Lea Vicens obtuvo la primera oreja de la feria ante un primer buen toro del hierro de Sánchez y Sánchez que mereció una explayante ovación y al que en cambió se le desorejó de forma benévola. Construyó una faena larga Lea en la que exhibió a su buena cuadra con la presentación de Guitarra, Bético, Diluvio, Greco y Espontáneo, gustándose especialmente con Diluvio, un precioso lusoárabe negro y careto, con una exquisita doma. Con Espontáneo se la jugó la jinete clavando el rejón de muerte encerrada en tablas.
En el cuarto de la tarde, segundo de Lea, volvió a dejar patente un gran trabajo de doma a lomos de Joker. Depositó su confianza de nuevo en Diluvio, un equino fijo en su cuadra y en la plazas más importantes, que tantos triunfos le ha ayudado a conseguir. Se deslució con los aceros una buena obra de la francesa ante otro toro de Sánchez y Sánchez de muy buen fondo, con nobleza y galope alegre, en el que repitió también Greco. Tuvo que descabellar. Silencio para Lea y palmas para Flor de Lis.
En el paseíllo la afición de La Glorieta reconoció a las tres toreras su presencia en esta plaza en un cartel histórico, donde las alguacilillas también han sido dos mujeres, Sole Muñez y Jara Chamorro, y la torilera Celia Morena junto a las areneras. Una tarde en el que la plaza ha tenido un bonito detalle también con otra mujer ganadera, con mucha valentía demostrada a lo largo de los años por regentar una de las ganaderías bravas más emblemáticas del campo charro, Pilar Majeroni, a quien le fue dedicado también el pasodoble del paseíllo.
En el siguiente enlace pueden ver cómo ha sido contado el 'toro a toro' en directo desde La Glorieta.
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