Margarita Becedas: "Mi espina clavada es no haberme podido hacer con la 'Gramática castellana' de Nebrija para la Biblioteca General Histórica"

La directora del centro de investigación bibliográfico de la Universidad de Salamanca se jubila en el mes de octubre y hace un repaso de su trayectoria de casi treinta años en la ciudad

Margarita Becedas
Margarita Becedas

Margarita Becedas se puso al frente de la Biblioteca General Histórica de la USAL en 1997. Había estudiado Filología Hispánica, pero su poco interés en dar clase le llevó a hacer una oposición para bibliotecas. "Yo tenía 25 años. Lo único que quería era conseguir un trabajo en algo que me gustara. No pensaba qué tipo de cargo iba a tener ni que me iba a tocar ser la responsable de mucho personal", reconoce en una entrevista ofrecida a Salamanca24horas. Tras pasar por la Biblioteca Nacional y la de Santa Cruz en Valladolid le llegó la oportunidad de trabajar "en el lugar más bonito de toda la Universidad de Salamanca". "Laboralmente, creo que he tenido mucha suerte".

Casi treinta años después, el próximo mes de octubre, Margarita Becedas se despedirá por jubilación de la Biblioteca General Histórica, a la que define como "una plataforma de aprendizaje constante" que le ha permitido conocer "a muchísima gente y tener muchísimas posibilidades, tanto de actividades de distinto tipo como de poder publicar o dar a conocer lo aprendido". "Para mí, ha sido un enriquecimiento total", añade. Repasamos con ella su trayectoria, sus retos, aciertos y asuntos pendientes, como la adquisición de la 'Gramática castellana' de Nebrija. 

Margarita Becedas
Margarita Becedas

¿Cómo valoras tu trayectoria profesional en la Biblioteca General Histórica?

Me gusta valorar positivamente mi trabajo durante tantos años al frente de esta biblioteca. No sé si lo he hecho bien, pero sí con muchas ganas y lo mejor que he sabido. Afortunadamente, siempre he tenido a mi lado a un equipo bastante concienciado de dónde está y muy orgulloso de trabajar en la Biblioteca General Histórica, por lo que, cada vez que me toca decidir algo difícil, me puedo apoyar en él. En el año 97, cuando yo llegué aquí, algo tan normal como tener un catálogo en línea no existía. Nos encontrábamos ante un reto impresionante, que era modernizar una biblioteca de la que teníamos noticias desde 1254. No solo modernizar esa biblioteca, sino conservar todo lo que habíamos recibido como legado. Ese era el gran reto. Difundir lo que teníamos, pero conservar al mismo tiempo. Ese equilibrio que muchas veces es difícil. Vamos a darnos a conocer, a sacar los libros fuera, pero cuidado, porque tenemos que conservarlos. Entonces, hemos hecho todo lo que tiene que ver con la digitalización y con la catalogación en línea. Hemos empezado la creación de un archivo de seguridad digital de nuestros fondos, que no ha acabado, porque tenemos muchos y porque esto es muy caro y muy lento, pero ya está en marcha y sistematizado de alguna manera. En digitalización no solo se trata de hacer un archivo de seguridad, sino de difundir y, por tanto, de meterlo en el repositorio Gredos y que todo el mundo un domingo a las 12 de la noche desde su casa pueda ver los libros nuestros y trabajar con ellos porque están a texto completo.

¿Qué cambios y mejoras destacarías durante tus años de servicio?

Dentro de la digitalización, estoy especialmente orgullosa de que hemos acabado todos los incunables, de que vamos muy avanzados en los manuscritos gracias a proyectos anuales con el Ministerio y de que tenemos digitalizada y puesta libremente todo lo que llamamos prensa histórica de Salamanca. Es decir, todos los fondos periódicos de prensa y de revistas publicados en Salamanca desde principios del siglo XIX hasta 1957 están en línea. Otras cosas de las que puedo estar orgullosa y que hemos hecho son cambios estructurales. Por supuesto, aumento de personal y bastantes exposiciones. Hemos conseguido hace poco que la Sala de la Columna se convierta en la sala de exposiciones de la Biblioteca General Histórica. También hemos empezado la colaboración para préstamo de libros con exposiciones y a trabajar dentro de la Red de Bibliotecas Universitarias Españolas (REBIUN). Hemos hecho un gran proceso de colaboración con otras instituciones y en otras plataformas fuera de la universidad.

Margarita Becedas
Margarita Becedas

Se podría decir que habéis hecho una biblioteca más accesible a los salmantinos.

Creo que sí. La digitalización hace que los salmantinos puedan ver los libros que tenemos, ya que a la sala de investigadores no puede entrar cualquiera. No podemos abrirla tanto por cuestiones de seguridad y de conservación ni para que una persona diga: "Quiero ver el Libro de buen amor". "Sí, aquí lo tiene usted". Entonces, lo tenemos digitalizado, lo pueden ver y ya está. Una cosa que sí hemos hecho son las visitas a la Antigua Librería. Cuando yo llegué, eran tremendamente restringidas, podría decir que prácticamente inexistentes. Solo se hacían visitas puramente institucionales, que se han mantenido. También hemos aumentado muchísimo las académicas para estudiantes y profesores -antiguamente no se hacía- y colaboramos con 'Las llaves de la ciudad'. Hacemos nueve visitas al año. En cada una entran unas 25 personas que no tienen nada que ver con la Universidad, ni son estudiantes ni profesores ni investigadores. Es más, en Turismo del Ayuntamiento decidieron que cuando las personas completan una especie de carné que les dan de todas las visitas entran en un sorteo para ver a qué ocho personas les toca un premio especial. El premio especial somos nosotros. Se les hace una visita exclusivamente a la sala de manuscritos e incunables. Entonces, yo creo que sí que nos hemos abierto mucho.

"No va a aparecer otro 'Libro de buen amor', pero seguramente la Biblioteca seguirá dando sorpresas"

Centrándonos en las visitas institucionales, ¿cuál ha sido la más especial?

De los últimos años me quedaría con una visita fantástica del rey Felipe VI con Marcelo Rebelo de Sousa. Fue maravillosa. El presidente de Portugal fue encantador, estaba muy interesado. El rey y él claramente se llevaban muy bien y fue un encuentro tremendamente entretenido. En otra ocasión recibimos a la reina Sofía y las mujeres de los presidentes Iberoamericanos que participaron en la cumbre de 2005. Recuerdo con mucho agrado el poder explicar la biblioteca a mujeres que no tenían en principio gran relevancia porque estaban siempre detrás del marido y algunas de ellas eran espléndidas en las preguntas que hacían, en el interés que tenían... Más recientemente, hemos tenido a Caetano Veloso, que fue un gusto, y hay que añadir las veces en las que la biblioteca ha servido como plató de cine. Hemos recibido desde Amenabar, que era un hombre muy especial, a Álex de la Iglesia, simpatiquísimo. La firma que dejó en el libro de visitas fue un dibujo con una caricatura suya. Ese tipo de cosas las recuerdo muy muy agradablemente. 

Margarita Becedas
Margarita Becedas

También se han realizado importantes hallazgos en los últimos años, como el del fragmento manuscrito del ‘Roman de la Rose’. ¿Recuerdas otro descubrimiento relevante?

Tuvo la importancia de que en muchos impresos se utilizaban antiguos manuscritos como hojas de guarda. A veces podemos saber de cuáles se trata. De hecho, hay un proyecto de investigación que se titula Fragmentarium, dedicado a intentar localizar las obras. Por regla general suelen ser obras teológicas o de derecho en latín que no te llaman la atención. 'Roman de la Rose', en cambio, sí. Enseguida se notaba que era una letra muy medieval y en francés, en una lengua románica. Es de los descubrimientos más importantes. Hemos tenido otras cosas interesantes. Cuando yo llegué aquí, teníamos teóricamente menos incunables y al volver a catalogar hemos "hallado" libros que también lo eran y han pasado a la categoría superior. Algunos de ellos son curiosos. Recuerdo uno sobre los defectos de la misa, cosas que había que intentar evitar al darla. Sí que hemos encontrado cosas, hemos completado colecciones que han aparecido no se sabe cómo. En la sala antigua, entre las estanterías que todos conocéis y la pared hay un espacio que hace años abrimos casualmente. Nos aparecieron cosas diversas. Completamos, por ejemplo, una revista que había tenido un problema de censura durante el franquismo. Sigue siendo una biblioteca que va a dar... no va a aparecer otro 'Libro de buen amor', pero seguramente seguirá dando sorpresas.

El fondo de la Biblioteca General Histórica se compone de unos 3.000 manuscritos. ¿Alguno al que guardes especial cariño?

Esto es un poco como los hijos. Es muy difícil elegir. Le tengo cariño a algunos ejemplares tanto impresos como manuscritos. De manuscritos hay cantidad de ellos preciosos, pero, desde el primer momento, yo me enamoré del 'Libro de buen amor'. Es uno de los inicios de la lengua castellana y uno de los primeros libros de los que se conoce el autor. En cuanto a impresos, siempre me ha gustado mucho uno que mandó imprimir y costeó Carlos V, del cual quedan muy pocos ejemplares y que tiene unas imágenes fantásticas. Supongo que algún día, si tuviera que escribir cuáles son mis favoritos, no me saldrían menos de quince libros de cada categoría. 

Reportaje en la Biblioteca General Histórica
Reportaje en la Biblioteca General Histórica

¿Tienes alguna espinita clavada como directora de la Biblioteca General de la USAL?

Sí, bastantes. A pesar de que hemos seguido comprando libros antiguos, mi espina clavada es no tener y no haberme podido hacer con la 'Gramática castellana' de Nebrija. Eso en cuanto a fondos. Luego, lógicamente, no me ha dado tiempo a ver todo restaurado o digitalizado, y me da la sensación de que no voy a poder ver en estos meses que me quedan la climatización de la sala antigua. La Antigua Librería está sometida a mucho frío en invierno y a mucho calor en verano. Los libros no sufren, están acostumbrados desde hace muchos años. Sufren por la manipulación y por los sitios donde han estado. Los tenemos muy cuidados, pero la Antigua Librería requiere mucho tiempo de estudio, de ver qué es lo que puede hacer falta y mucho dinero. Me temo que eso no lo voy a ver, aunque llegará. He visto otras muchas cosas, como todo lo que tiene que ver con seguridad, tanto de robo como de incendios. 

"Estoy contenta de jubilarme, pero afronto unos meses en los que sé que son el final"

¿Cómo afrontas tus últimos meses al frente de la Biblioteca General Histórica?

Estoy contenta de jubilarme, no voy llorando por las esquinas. Creo que hay de muchas cosas después y entonces no tengo problema, pero afronto unos meses en los que sé que son el final. Trabajo todos los días para cosas inmediatas. Ahora estoy revisando una lista que se ha hecho de libros modernos que pueden faltar. También con las exposiciones en las que vamos a prestar libros, tanto al Museo Naval de Madrid como al Archivo General de Indias de Sevilla. Son cosas que llevan tiempo, porque hay que pedir autorización, tasarlo y demás. Todo eso lo sigo llevando yo sin problemas, pero me he encontrado por primera vez con proyectos a largo plazo que no puedo decidir, como una exposición que va a ser para el segundo para el último trimestre 2026. Yo no puedo tomar esas decisiones. Entonces, en lugar de ponerme a hacerlo con ellos, tengo que hablarlo con la persona que creo que me sucederá al frente de la biblioteca.

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