Los ganaderos de Salamanca, el sector más perjudicado por los incendios: pérdidas irreparables e incertidumbre por el ganado
Son muchos los profesionales del campo salmantinos que lo han perdido todo en el incendio que se desató este pasado 15 de agosto. Hectáreas de pastos calcinadas junto a naves, casas y maquinaria dejan a muchos ganaderos sin nada, incluso sin comida que dar a sus animales, a los que se suma la incertidumbre por la ley de montes, ¿podrán dejar a su ganado en los terrenos afectados por el fuego?
El pasado 15 de agosto, la provincia de Salamanca vivió uno de los peores días que se recuerdan en los últimos años, un auténtico “infierno”, como relataba a este medio el alcalde de El Payo, uno de los municipios afectados. Cinco días después sigue doliendo lo que sucedió, ahora ya no hay llamas, pero las cenizas recuerdan las noches en vela y los duros trabajos de extinción por parte de los voluntarios, que, lamentablemente, dolerán en algunos casos meses e incluso años, donde algunos de los más gravemente perjudicados son profesionales del campo, ganaderos y agricultores.
Una catástrofe natural han dejado los incendios que han azotado a gran parte de esta provincia que se ha visto inmersa en una situación límite. Fueron centenares las personas que vieron como el fuego devoraba hectáreas de pasto, arrasando con fincas enteras en las que había ganado, sobre todo vacuno, así como viviendas e infraestructuras. Miles de sueños se fueron al carajo en cuestión de horas por un incendio que desbordó no solo a la población, sino también a los medios de extinción de incendios.
Salamanca24horas se ha puesto en contacto con algunos de los ganaderos de la comarca de Vitigudino, la más afectada y que regenta además un importante número de animales que conforman la cabaña ganadera en la provincia salmantina, para conocer los daños que han provocado los incendios en este sector, y a qué se enfrentan una vez que las llamas se han convertido en una cantidad masiva de ceniza. Esta zona de la comarca ha sido directamente afectada por el incendio de Cipérez, que según confirmó el director técnico de Extinción, César Prieto, en una primera exploración, ha arrasado con más de 10.500 hectáreas.
Diaman es uno de los tantos ganaderos salmantinos afectados por los incendios de este mes de agosto. A este ganadero le afectó de lleno el incendio de Cipérez, quemándole unas 40 hectáreas. Fue en su finca, perteneciente a este término municipal, donde comenzó el fuego el pasado 13 de agosto, dice que, por una chispa de un rayo.
Un incendio que se reactivó dos días después en la zona, porque, según asegura, “el primer día no se apagó del todo. No se refrescó bien la zona porque los bomberos por la noche no estuvieron y el terreno seguía muy caliente”. Explica que la extinción en este terreno, conformado por espineros, zarzas y peñones “ha sido complicada porque no se podía roturar”, a los que se le añadía la gran cantidad de pasto y robles que han sido puro combustible para este incendio que se vio desbocado en cuestión de horas por culpa de los continuos cambios del viento.
En su caso tan solo se quemó el pasto, quedando la nave a unos 20 metros del fuego del primer día y gracias a la realización de cortafuegos a los que le ayudaron otros ganaderos y vecinos de la zona.
Peor suerte corrió el ganadero Ernesto Melgar, en la finca El Pedernal, perteneciente al término municipal de Espadaña, cerca del Villar, en la comarca de Vitigudino. En este caso, él ha sido uno de los peores damnificados, lo ha perdido todo: “Me he quedado sin nada, se me han quemado tres naves, dos empacadoras de bolos, un coche, dos remolques y unas 1.500 bolas de forraje. Mis 70 animales, por fortuna, están todos bien, solo he tenido una baja de un becerro por intoxicación del humo”.
Ernesto recibió el aviso de que se le estaba quemando su propiedad cuando se encontraba ayudando a otros compañeros de profesión en la extinción de este mismo fuego de Cipérez, que debido al cambio de rumbo del aire se dirigió hacia Villar de Peralonso. Declara que tras recibir la noticia “solo me dio tiempo a librar un tractor en el que me monté y salí de allí para sacar a las vacas”.
Otras de las afectadas ha sido la familia de Marta Prieto, que con dos fincas en Espadaña y en el Groo, calcula que se le han quemado cerca de 300 ha.: “Se ha quemado prácticamente todo el pasto, el 95%, y estuvimos a punto de perder una casa que tenemos en Pedernal porque el fuego invadió una casa contigua”.
Esta ganadera afectada relata que “la noche del 15 de agosto, gracias a la ayuda de conocidos, vecinos de otros pueblos, e incluso desconocidos, logramos salvar la casa porque veíamos como las llamas la iban a devorar. Se fue la luz y no teníamos agua, así formamos una cadena humana y gracias a una piscina que tenemos, con cubos de agua, logramos salvarla hasta que vino la Guardia Civil y los bomberos que lograron apagarlo del todo”.
Otra de las casas deshabitadas sí se les quemó. Asegura que fueron “momentos muy angustiosos”, pero a la vez reconoce que “ha sido una bendición salvar lo que salvamos, porque milagrosamente los tres pajares que tenemos no se quemaron, no sabemos si fueron los bomberos y refrescaron esa zona”.
A unos 12 kilómetros de Españada, el fuego también llegó hasta Tremedal, afectando a otra ganadera de vacuno, a la que se le han quemado 130 ha.: “Me han quedado sin quemar 7 ha gracias a que la gente me estuvo ayudando a apagarlo. Pudimos salvar el sondeo, la pajera, una caseta del pienso y el embarcadero con la ayuda de los tractores que hicieron cortafuegos”.
Atestigua que “el fuego ha sido brutal porque empezó en Cipérez y se fue extendiendo hasta El Villar, y de ahí se fue hasta Espadaña y Tremedal. Además, hubo muy pocos medios de extinción. Yo pedí ayuda a un camión de bomberos que estaban al lado de mi finca porque tenía el fuego a unos 100 metros de la pajera y no me ayudaron, me dijeron que se tenían que ir. Lo di todo por perdido y a las cinco de la mañana salí corriendo a otra finca que tengo cerca de Ledesma para hacer cortafuegos y evitar daños allí”.
Una situación desoladora y devastadora que deja una parte positiva y otra muy negativa después de este incendio, que, por prevención, se mantiene en IGR1 cinco jornadas después. La parte positiva que han destacado todos los ganaderos es la ayuda y colaboración humanitaria que se ha vivido. Por su parte, la ganadera Marta Prieto declara que “me quedo con la colaboración de los vecinos. Fue algo excepcional que no tenemos como agradecérselo".
Justamente uno de sus vecinos que lo ha perdido todo, Ernesto, también destaca que “la gente me está ayudando mucho porque al quedarme sin nada me han traído paja, tacos… He recibido ya seis camiones con forraje y paja, y estoy muy agradecido, pero no quiero aprovecharme, ni mucho menos de esta situación, porque entiendo que hay más gente a la que ayudar”.
Carlos Rodríguez, ganadero y propietario de la ganadería de reses bravas de Valrubio y Valdeflores, se quedó al límite de estar afectado por este incendio en el que al igual que otros muchos profesionales del sector se volcó y estuvo ayudando: “Hemos tenido mucha suerte porque el fuego empezó cerca de una de nuestras fincas y con el aire se desvió hacia Villar de Peralonso y Tremedal”. Relata también que “el día 15 me pilló de viaje porque lidiábamos en Burgos y Cantalpino y llegué a las doce de la noche y hasta las cinco de la mañana estuve colaborando, ayudando en lo que pude porque había muy pocos efectivos de bomberos. A los ganaderos nos dejaron abandonados porque los pocos medios que había tenían que atender a los pueblos y la gente tuvo que volcarse a ayudar con los tractores, pero nadie nos indicó como podíamos combatir las llamas. Hubo mucha falta de organización”.
La parte negativa de este desastre viene por la falta de efectivos de servicios de extinción de incendios en este punto de la provincia, en el incendio de Cipérez, un fuego que en principio no fue muy aparatoso pero que al poco tiempo de empezar se vio que debido al viento iba a descontrolarse, tal y como pasó.
En este aspecto, Ernesto reconoce que “se pudo hacer algo en un principio, pero no se hizo y luego sin la ayuda de los bomberos ya no había nada que hacer. Yo aquí solo vi descargar una vez a un hidroavión, si no es por los tractores para hacer cortafuegos y las cubas de agua no sé qué hubiera pasado”. Diaman también anota que “me dijeron que me llamarían para ver las hectáreas que se me quemaron, pero nadie me ha llamado y nadie vino a refrescar la zona. El domingo por la mañana estuvimos todavía, la gente voluntaria, apagando robles y cayéndolos para que no se incendiaran. Hemos estado solos desde el principio”. Por su parte, Carlos matiza que “lo más importante es luchar en el invierno arreglando montes, pastos y solucionando problemas de administración. En verano con 40 grados de temperatura no hay manera humana de luchar contra un fuego”.
Para intentar dar solución al problema al que ahora se enfrentan ganaderos y agricultores que han resultado damnificados, para que la Junta de Castilla y León habilite ayudas directas de forma urgente, este miércoles 20 de agosto hay convocada una reunión en el salón multifuncional de Villar de Peralonso a las 19:30 horas, donde se concentrarán ganaderos y alcaldes de los municipios afectados, así como las organizaciones agrarias Asaja, Upa y Coag.
Juan Luis Delgado, presidente de Asaja en Salamanca, indica que en esta reunión “vamos a poner en común las necesidades de los afectados y la solidaridad de los que están ofreciendo alimentos”. Se recabará la información necesaria para poder solicitar ayudas urgentes y un apoyo de logística que esperan que llegué junto a cien millones de euros por parte de la Junta de Castilla y León, tal y como anunció el lunes el portavoz del Ejecutivo autonómico, Fernández Carriedo como parte de las primeras ayudas de recuperación frente a los daños causados por los incendios.
También se va a tratar uno de los temas que más preocupa ahora a los ganaderos afectados y del que Juan Luis expone que “estamos consiguiendo que se modifique”. Actualmente existe una ley de montes que restringe o prohíbe especificamente el aprovechamiento del ganado en el momento en el que se produce un incendio hasta cinco años después. Un territorio que también queda exento de la PAC. Esto haría que ahora mismo muchos ganaderos que tienen un gran número de hectáreas calcinadas en Salamanca se quedarán sin un lugar en el que tener a sus animales; algo que los ganaderos manifiestan que “no se puede permitir, porque si lo hemos perdido todo, ¿dónde quieren que metamos a nuestros animales?”. Dan a conocer también que “una asociación ecologista se ha puesto ya en contacto con el Ministerio para que nos prohíban que las vacas pasten en los terrenos afectados y es totalmente injusto, porque ningún agricultor ni ganadero ha provocado el fuego. Somos los más perjudicados y los que pagamos las consecuencias”.
Desde Ganaderos Unidos, igualmente, han emitido un comunicado en el que piden que todos los ganaderos que hayan sido perjudicados por los incendios en la provincia de Salamanca y Zamora se lo hagan saber, debido a una colaboración pedida directamente desde la delegación territorial de Salamanca para conocer datos de las personas afectadas y poder tramitar cuanto antes las ayudas necesarias por parte de la Junta de Castilla y León.
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