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​Cómo la curva se fue torciendo en Salamanca desde el 31 de julio: casi 10.000 contagios y 246 muertos por COVID-19 en los últimos tres meses

A mediados de verano se registraban menos de 10 casos por día. Sin embargo, el que la mayoría fueran recientes sí era un motivo de alarma, ya que significaba que el virus podía volver a expandirse, tal y como ha ocurrido. Medidas como la limitación o el cierre del ocio nocturno llamaban la atención, y sin embargo en pocos días podría cerrarse toda la hostelería y, quién sabe, si volver a un confinamiento domiciliario

Ambulancia COVID hospital (2)

Este 2020 será un año que, con total seguridad, todo elmundo recordará a lo largo de su vida. Fue por el mes de enero cuando lasnoticias sobre un nuevo virus que se expandía por China comenzaron a inundarlos medios de comunicación. En febrero le tocó el turno a Italia que, aunquepreocupaba por su cercanía, parecía en una situación diferente a España. Sinembargo, en marzo estalló todo, y lo que vino después es de sobra conocido.

Tres meses de estado de estado de alarma y confinamientodomiciliario bastaron para doblegar la curva. O al menos eso parecía. Lossalmantinos, como el resto de españoles, comenzamos a salir a la calle y areunirnos con nuestros amigos y familiares. Pero el virus seguía ahí, porque“nunca se fue”.

Esta afirmación la realizó, recientemente, la consejera deSanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, en unaentrevista para SALAMANCA24HORAS. Aunque consultando la hemerotecase puede comprobar que tanto ella como Francisco Igea, vicepresidente de laJunta, siempre estuvieron advirtiendo de que el peligro aún existía.

Lejos queda el 31 de julio. Aquel día de mediados de unverano atípico se registraron menos de 10 casos. Nueve, en concreto. Sinembargo, el que ocho de ellos fueran de detección reciente sí era un motivo dealarma, puesto que significaba que el virus, en cualquier momento, podía volvera expandirse. Tal y como ha ocurrido.

Ese mes de julio, en el que la curva estaba rozando losniveles de cero contagios -y, por supuesto, cero muertes-, se tomarondecisiones que fueron motivo de protesta, ya que parecían incomprensibles. Unade ellas fue la limitacióndel ocio nocturno, cerrándose las puertas a las 01:30 horas de la madrugaday los locales a las 02:00 horas.

Igea señaló, por aquel entonces, que la decisión veníamotivada porque habían detectado que, tanto en Castilla y León como en todaEspaña, la gran mayoría de brotes se podían vincular al ocio nocturno. Y esque, mientras en la Comunidad la cosa marchaba relativamente bien, en el restode España la situación empezaba a marcar el inicio de una segunda ola, con confinamientosen Lleida y municipios de Lugo como el mejor ejemplo.

Pero esta medida del ocio nocturno, aplicada el 30 de julio,no fue suficiente. Y con la llegada del mes de agosto, la curva volvió adoblarse, pero esta vez en progresión ascendente. Tres meses después, lasituación vuelve a ser crítica, tanto en España como particularmente enSalamanca. Sirva como ejemplo que en los 92 días transcurridos entre el 1 deagosto y el 31 de octubre -ambos incluidos- se han registrado en la provincia 246muertos por COVID-19 y casi 10.000 contagios, a lo que hay que sumar todosaquellos positivos asintomáticos o sintomáticos leves que desconocen que lo sonporque no se les realiza la prueba.

Casi 10.000 contagios en tres meses que nos ponen a laspuertas de otro confinamiento domiciliario

Aquel 31 de julio se habían confirmado en la provincia deSalamanca un total de 4.487 casos de COVID-19. Tres meses después, el 31 deoctubre, la cifra ascendía a 14.141 casos. Es decir, casi 10.000 más (9.654,concretamente). Esto deja buena cuenta de dos aspectos: las pocas pruebas quese hicieron durante los primeros meses de la pandemia, especialmente en marzo yabril; y la incidencia de un virus que ha ido multiplicándose exponencialmente,de nuevo, a lo largo de todo el verano.

No se puede establecer un momento en el que el viruscomenzase a crecer. Sin embargo, sí hay momentos clave que pueden quedar en elrecuerdo de los salmantinos. El primero fue el 3 de agosto, día en el que seconfirmó el primerbrote en la provincia charra, que afectaba a seis personas con COVID-19confirmado y otras 17 en estudio.

Algo meramente significativo pues, como en febrero y marzo,el virus estaba nuevamente en circulación y sin control alguno. De hecho, comoen invierno, la gran mayoría de los casos eran asintomáticos, si bien ahora sedetectaban gracias al incremento de pruebas realizadas -sólo en agosto sehicieron más PCR que entre el 13 de marzo y el 22 de mayo-.

Las autoridades, por su parte, sí eran conscientes delproblema al que nos estábamos enfrentando. Al menos tenían más idea que enmarzo, cuando el virus cogió con el pie cambiado a la sociedad española. Porello, el 14 de agosto, el Gobierno y todas las Comunidades Autónomas, porunanimidad, decidieron cerrarlas discotecas y pubs, limitar el horario de bares y restaurantes hasta las01:00 horas y prohibieron fumar en la vía pública si no se garantizaba unadistancia de seguridad de dos metros.

Aunque se achacó ese cierre a los vídeos e imágenespublicadas en toda España que mostraban la falta de medidas de los usuarios deestos establecimientos, lo cierto es que, por aquel entonces, la gran mayoríade brotes estaban vinculados al ocio nocturno. Fue también entonces cuando secomenzó a poner los focos sobre unos jóvenes que, tras tres meses encerrados encasa, querían volver a socializar y a pasárselo bien. Aunque unos cuantos -que notodos- pecaron de irresponsabilidad.

Esta medida no fue suficiente y, pese a que se unió a otrascomo la obligatoriedad de la mascarilla en la vía pública o la reducción deaforos en todo tipo de establecimientos y eventos, el número de contagiosseguía subiendo. Por ello, el 1 de septiembre, después de que Salamanca hubieraregistrado en agosto 1.469 contagios, la Junta decidía imponer medidasrestrictivas en la capital, limitando principalmente el aforo en espaciospúblicos, como terrazas y restaurantes.

¿Llegó dicha medida por la proximidad de las Ferias y Fiestasde Salamanca? Igea y Casado aseguraron que no. Lo cierto es que la altaincidencia que se estaba reduciendo en la provincia se frenó. ¿Tuvo que ver conesas restricciones? Según la entrevista concedida por la consejera de Sanidad aSALAMANCA24HORAS, sí. Aunque lo más probable es que no se redujera laincidencia sino que se detectaran menos casos.

Para empezar, durante el mes de septiembre hubo una rupturade stock que provocó la falta de reactivos en el Hospital de Salamanca paraanalizar PCR. De hecho, se mandaron analizar 6.000 pruebas en Segovia ante laimposibilidad de hacerlo aquí. Y, aún con esas, el 30% de los positivos totalesfechados a 30 de septiembre se habían registrado sólo durante dicho mes, lo quemuestra como ejemplo que el virus campaba, nuevamente, a sus anchas. Asimismo, durante dicho mes, la positividad (tasa de pruebas positivas respecto a las pruebas realizadas) aumentó de gran manera. También enseptiembre se decidió confinarperimetralmente Sotoserrano, donde se detectó transmisión comunitaria. Esdecir, el COVID-19 no sólo estaba instaurado en la capital, sino en toda laprovincia.

Octubre ha sido la confirmación de todos los males que sevenían barruntando. El número de contagios no ha dejado de crecer y apenas haydías sin fallecidos; se han duplicado los pacientes ingresados, tanto en plantacomo en UCI, en un Hospital que no ha dejado de habilitar espacios para acogera pacientes COVID; se han aplicado nuevas medidas restrictivas que han idodesde el cierre perimetral de Salamanca hasta la implantacióndel toque de queda, pasando por un nuevoestado de alarma que se prolongará hasta mayo; y todo apunta a que, lapróxima semana, podrían aplicarse nuevas medidas, según han avanzado presidente,vicepresidente y consejera de Sanidad de la Junta.

¿Se puede culpar a los dirigentes o a los ciudadanos de la expansióndel virus? Para nada. Se puede, en todo caso, cuestionar a los primeros el queno hayan reforzado lo suficiente el sistema sanitario, educativo o social decara a una segunda ola de la que advirtieron los profesionales; o el exceso deconfianza de los segundos que mostraron durante el verano pensando que elCOVID-19 había desparecido, pese a que las advertencias eran claras.

Pero esta segunda ola, al igual que la primera, ha golpeadopor igual a Salamanca, España y Europa. Los confinamientos domiciliarios son unhecho en Portugal, Reino Unido, Irlanda, Bélgica… y muy probablemente, y dentrode poco, en España.

Pese a que se está tratando de evitar a toda costa, todoapunta a que los ciudadanos tendremos que recluirnos en nuestras casasnuevamente. No como en los meses de marzo y abril -parece- sino más como enmayo, volviendo a una Fase 0 en la que se podrá salir, además de a trabajar y arealizar actividades básicas como hacer la compra, a pasear y hacer ejercicio.

Falta por ver si esta segunda ola se sigue recrudeciendo enun invierno que, a buen seguro, será más largo de lo habitual, o si lapregonada llegada de la vacuna a finales de año -o principios de 2021- facilitala estabilidad en una meseta previa a un nuevo doblegamiento de la curva.

Sea como fuere, parece que estamos otra vez en larampa de salida de una lucha sin parangón, al menos en los últimos 100 años,solo que esta vez se llega con una población exhausta mentalmente hablando yapretada económicamente. Pero, como recordaba el presidente de la Junta,Alfonso Fernández Mañueco, “sin seguridad sanitaria no se puede afrontar larecuperación económica”. 

Comentarios
Situación lamentable en Salamanca Hace 3 años (02/11/2020 06:40)
Se puede decir que quizá ha habido demasiada relajación? Puede ser. Pero con estos datos, confianza en SACyL mínima. Y qué decir de la nefasta Verónica Casado -absolutamente desbordada desde el día 1-, Igea o Mañueco...CyL es una comunidad autónoma poco poblada y quizá eso tendría que haber facilitado el control de contagios vía PCR?s y rastreos. Se han hecho suficientes tests? Lo dudo mucho. Y para terminar, el CAUSA casi rompía costuras antes de la pandemia. Con Covid supongo a punto de colapsar. Los tres citados anteriormente no tienen ningún motivo para estar orgullosos de lo que están haciendo. <br/>975
Anónimo Hace 3 años (02/11/2020 03:46)
A pesar del "discurso" de la noticia, siempre se ha estado alrededor del 10% de positivos en relación al nº de pruebas realizadas. Conclusión: estamos igual que siempre, por decirlo de forma sencilla. <br/>312
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