Tener que realizar algún trámite y no poder hacer hacerlo porque el acceso a algún edificio se lo impide. A eso es a lo que se enfrentan numerosos salmantinos cuando intentan acceder a algún edificio o establecimiento. Afortunadamente esto no sucede en las administraciones públicas de la capital, ya que la gran mayoría están adaptados.
La ordenanza municipal de Accesibilidad Integral para la eliminación de barreras arquitectónicas o urbanísticas que faciliten la accesibilidad espacial de personas con movilidad reducida fue aprobada por el Ayuntamiento de la capital a finales de 1995, no ha sido hasta hace escasos años cuando algunos edificios han realizado las obras para llevar este hecho a cabo.
La Delegación de Hacienda en Salamanca, situada en la calle Rector Lucena, ha sido una de las últimas administraciones en adaptar su entrada a las personas con discapacidad. Concretamente, según señalan fuentes de la Subdelegación del Gobierno, en la planta baja existe una rampa de acceso al edificio y aunque cumple las medidas de forma muy ajustada, aunque se ha considerado adecuada, su modificación es compleja y costosa pero no se descarta llevarla a cabo en el futuro conforme a la normativa vigente.
Sin embargo, a pesar de contar con esta rampa en la planta baja, para el acceso a plantas superiores los ascensores no cumplen con la normativa para itinerario adaptado, aunque según indican estas mismas fuentes, estos espacios no son utilizados por personal con discapacidad.
Desde el año 2015 se acometió una obra en la Jefatura Provincial de Tráfico de Salamanca para lograr su adaptación consistente en la apertura de una nueva puerta de acceso a las oficinas del edificio a nivel de la vía pública, a través de la avenida de Villamayor. Esta actuación acabó con la barrera arquitectónica que, hasta entonces, suponía para un significativo sector de la población, el acceder a Tráfico a través de un pasaje interior y de ahí por un vestíbulo situado a distinto nivel (en semisótano a través de escalones) donde se prestaba la atención al público. Sin embargo este no es el único caso, puertas traseras o acceso alternativos son otras opciones de acceso ante la imposibilidad de hacerlo por la entrada principal.
Para salvar desniveles y escaleras que existen en los edificios de la Administración General del Estado situados en la Gran Vía, en algunos como la Subdelegación del Gobierno se ha optado por poner elevadores para personas con movilidad reducida. Precisamente en este edificio en la actualidad se está a la espera de la finalización de los trámites administrativos para iniciar la ejecución de una obra en la planta baja del edificio orientada a mejorar la accesibilidad.
Diferente es el caso de otros situados a escasos metros de este último como la Audiencia Provincial o la sede de Correos cuyas escaleras de acceso hacen imposible que personas con discapacidad física accedan al interior y una persona en silla de ruedas solo podría acceder apelando a la buena voluntad de los ciudadanos que carguen con ella o, en el caso del primero, trasladar los juicios a la sede de Colón.
Por su parte, en el único edificio de titularidad del SEPE, la Dirección Provincial, la accesibilidad al edificio, tanto en su acceso como en los desplazamientos por el interior del edificio, se encuentra adaptada a la normativa vigente para todos los usuarios, incluidos aquellos con movilidad reducida.
En cuanto a los edificios municipales, fuentes del Ayuntamiento de Salamanca señalan que todos los edificios son accesibles aunque de manera continua se están haciendo mejoras y abiertos a sugerencias y a la incorporación e implementación de mejoras para solucionar posibles problemas que puedan surgir. Además, desde el Consistorio de la capital indican que también se han instalado bucles magnéticos para mejorar los trámites de las personas con discapacidad auditiva.
La Delegación Territorial de la Junta, uno de los últimos edificios públicos construidos en la capital cuenta con plena accesibilidad que posibilita desplazarse por sus espacios sin ninguna dificultad. La Diputación optó por poner un elevador para salvar los escalones de acceso a su edificio. Por su parte, la Universidad de Salamanca también cuenta con entradas accesibles aunque en febrero de este mismo año el Frente de Estudiantes denunciaba que espacios como La Facultad de Medicina, el Aulario de San Isidro, la Facultad de Biología, la Hospedería de Fonseca o el palacio de Anaya aun cuentan con algunas barreras arquitectónicas.
Este hecho lo confirman asociaciones como la sede en Salamanca de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE), que cuestionada por este hecho aseguran que la mayoría de los edificios de carácter público de la capital están adaptados y sus usuarios nunca han tenido ningún problema cuando acuden a algunos de ellos a realizar diferentes trámites aunque “siempre existe un pequeño escalón o paso que dificulta el tránsito”, aseguran.
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