Los expertos advierten del crecimiento del juego como grave problema de salud pública que afecta más a los más vulnerables

Antes de la pandemia (2019-2020), un 64,2 % de la población de 15 a 64 años había apostado dinero ‘online’ o presencialmente

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 Casa de apuestas. Foto de archivo
Casa de apuestas. Foto de archivo

Los expertos advierten del crecimiento del juego como grave problema de salud pública en crecimiento que afecta más a los más vulnerables. Así se puso de manifiesto en la mesa redonda de la Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología, moderada por el doctor Joan R. Villalbí, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad.

A lo largo de las diferentes ponencias, los expertos abordaron la realidad actual de los problemas de salud derivados del juego, tanto en su vertiente ‘online’ como presencial; sus determinantes sociales; el papel de la publicidad y los efectos que ha tenido la pandemia sobre el mismo.

Si bien hasta hace unos años el contexto no favorecía el juego de apuestas, su despenalización en 1977 y la expansión en la década de los 80 de las máquinas en hostelería, bingos, casinos y loterías, hizo que se popularizara. Desde que las competencias sobre ordenación del juego en la Administración General del Estado pasaron del Ministerio de Hacienda al de Consumo en 2020, han surgido varias iniciativas regulatorias. No obstante, los conferenciantes han coincidido en que es necesario abordar el problema del juego desde la perspectiva de la salud pública para poder identificar todos sus riesgos.

En este sentido, Olga Sancho, de la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB), ha propuesto estudiar las dinámicas de juego de apuestas y salud pública siguiendo el modelo de desigualdades en salud. Desde este prisma, el contexto socioeconómico y político, así como los ejes de desigualdad del sistema sanitario resultan factores de riesgo para la adicción al juego entre los grupos más vulnerables.

De acuerdo con los datos del Observatorio Español de Drogas y Adicciones del PNSD (Ministerio de Sanidad) presentados por la doctora Marta Molina, antes de la pandemia (2019-2020), un 64,2 por ciento de la población de 15 a 64 años había jugado con dinero ‘online’ o presencialmente.

De ese porcentaje, un 1,6 por ciento realizaría un posible juego problemático y un 0,6% presentaría un posible trastorno del juego. Entre estos últimos se observa una mayor prevalencia de comportamientos de riesgo como consumo excesivo de alcohol o consumo diario de tabaco. De acuerdo con Molina, los patrones de juego que necesitan una vigilancia más estrecha son aquellos que “afectan a la población más joven, así como a la más vulnerable, por presentar criterios que sugieren un potencial juego problemático”.

Por este motivo, Yolanda López del Hoyo (Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón y Universidad de Zaragoza) ha abogado por desarrollar programas preventivos y de intervención específicos en mujeres, jóvenes y personas mayores. Y es que, hasta ahora, la mayor parte de la investigación y el desarrollo de programas de prevención se ha centrado en jugadores varones adultos de mediana edad.

Más juego presencial

Susanna Puigcorbé de la Agència de Salut Pública de Catalunya (ASPCAT), se ha centrado en documentar y describir la oferta de juego presencial en Cataluña. Lamentablemente, según ha explicado, la prevalencia del juego en la población aumenta año tras año y se incrementa en mayor medida en el juego presencial. El motivo es que “una elevada presencia de la oferta del juego de azar en el entorno urbano puede normalizar su uso y modificar las actitudes de la población respecto a este”.

Esta mayor frecuencia y afición por el juego puede explicarse, según el profesor de la Universidad Miguel Hernández, Daniel Lloret, por la influencia de la publicidad. “Los estudios muestran que una mayor exposición a la publicidad está relacionada con una mayor frecuencia de juego, tanto en adultos como en jóvenes”, ha señalado. Y es que, aunque la investigación sobre el impacto de la publicidad en la conducta de juego es relativamente reciente, los estudios muestran que una mayor presión mediática está directamente relacionada con la intensidad de las apuestas, sobre todo en colectivos vulnerables. De hecho, el 70 por ciento de los menores reconocen ver mucha publicidad de apuestas y uno de cada tres admite sentirse influenciado por la publicidad del juego. Además, tanto en población general como en población clínica adulta, se ha observado que el 15% de la población general y el 35 por ciento de la población de jugadores en tratamiento reportan que la publicidad del juego les había hecho apostar más.

Por último, María Pérez-López, del equipo de adicciones de MadridSalud, ha mostrado los esfuerzos de prevención llevados a cabo desde la organización municipal MadridSalud. Mediante su estrategia de Prevención y Atención al trastorno por Juego de azar, se plantea prevenir e intervenir ante las conductas de riesgo y problemas asociados a los juegos de azar y los videojuegos. Para ello, acogen, valoran y asesoran a las familias y realizan intervenciones grupales e individuales con población de riesgo o personas ya consideradas adictas.

En definitiva, los expertos han hecho un llamamiento al reposicionamiento de la salud pública en general y de la epidemiología en particular, de manera que sea mejor considerada en su articulación a la hora de definir políticas y estrategias sanitarias y de salud.

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