En esta ocasión nuestro particular GPS apunta hacia tierras latinoamericanas, concretamente hacia Perú, un país hermoso por su cultura y conocido entre otras cosas por sus grandes misterios antropológicos. Allí nació uno de los grandes enigmas de la Humanidad, no exento de polémica y sombras de fraude, me refiero a las conocidas Piedras de Ica, rocas de forma redondeada que presentan grabados de variada simbología e impresionante precisión.

Nuestro avión aterriza en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez de Lima, capital peruana, y nos dirigimos por la autopista Panamericana Sur (Ruta 001) durante cuatro horas hacia la provincia de Ica, en dirección sur y a poco más de 300 kilómetros de la capital. Al llegar lo primero que llama la atención es el acentuado nivel de hospitalidad de los iqueños y la riqueza cultural de sus calles y plazas. Es en una de estas plazas -Plaza de Armas- donde encontramos el Museo de Piedras Grabadas de Ica, epicentro de uno de los más controvertidos misterios del planeta.

Hagamos un breve apunte histórico para poder situar este interesante tema. El doctor Javier Cabrera Darquea -fallecido en diciembre de 2001-, descendiente del fundador de la ciudad de Ica, fue el propulsor y gran divulgador sobre las piedras de Ica. El 13 de mayo de 1966 cuando contaba con 42 años de edad, recibió la visita de un amigo –Félix Llosa Romero- quién le obsequió con una piedra pequeña pero de peso notable que llamaba la atención porque tenía grabada la figura de un pez desconocido.

Ante lo sorprendente de aquella roca, preguntó a su interlocutor donde la había conseguido a lo que le respondió que su hermano tenía una amplia colección de aquellas piedras y que no en pocas ocasiones aparecían en las minas cercanas, piedras y objetos de este tipo. El Dr. Cabrera guiado por su curiosidad, acudió hasta la casa de aquel hombre donde quedó sorprendido por la gran cantidad de grabados pétreos: serpientes, tortugas, lagartos, arañas…

Encontró también dibujos de hombres pescando, cazando, aves con cuernos, peces con infinidad de aletas y un largo etcétera de representaciones. El lugar donde había encontrado todo aquel material era Ocucaje, distrito de Ica situado a media hora por carretera en dirección sur. Al parecer, las piedras ovaladas de color oscuro comenzaron a ser encontradas en la zona desde el año 1961.

El Dr. Cabrera empezó a explorar los yacimientos del desierto de Ocucaje de forma casi inmediata en busca de fósiles, llegando a coleccionar miles de ellas, de todos los tamaños, morfologías y grabados. Según unos análisis que encargó al Laboratorio de Datación y Radioquímica, las piedras tendrían una antigüedad de 99.000 años aproximadamente, algo que con posterioridad sería desmontado por lo menos de forma parcial. Cabrera descartaba la posibilidad de que las piedras fuesen grabadas por los incas.

Primeramente porque son de periodos muy anteriores al que ocuparon los incas en Perú, y además, porque las piedras reflejan en sus grabados conocimientos tecnológicos que los incas nunca tuvieron. Según sus postulados, esas piedras bautizadas con el nombre de “gliptolitos” fueron grabadas por la “humanidad gliptolítica”, creada por una raza superior que llegó desde fuera de la Tierra desde algún lugar del Universo.

Al llegar esta raza a nuestro planeta no encontró vida inteligente y decidió crearla a partir de un primate -notharcus- que se extinguió hace 50 millones de años. Sin lugar a dudas se trata de afirmaciones muy valientes a la par que insólitas. ¿Seres venidos de otro mundo para crear una especie inteligente en la Tierra? Parece imposible creer algo así.

Cuando entramos en el Museo de Piedras Grabadas de Ica, nos vemos abrumados con la infinidad de objetos y clasificaciones distribuidos a lo largo de las diferentes estancias y repisas que se agolpan en sus instalaciones. Las piedras que más llaman la atención, son aquellas en las que al parecer –algunas con clara evidencia- se representan prácticas de cirugía de alto nivel como operaciones de cerebro, trasplantes de estómago, operaciones de cornea, y un largo etcétera de incursiones quirúrgicas que no fueron descubiertas y puestas en práctica hasta muy avanzado el siglo XX y algunas en el XXI.

Si se trata de piedras grabadas hace 99.000 años, ¿Cómo es posible que esa supuesta cultura inteligente tuviera este tipo de conocimiento médico-científico? No han sido pocas las personas que han apuntado a la posibilidad de fraude. El investigador español Vicente París es uno de los expertos que señala lo fraudulento de las piedras. Entre las pruebas que ha presentado se encuentran microfotografías en las que se observa resto de pinturas actuales y restos de material de lijar. En los grabados de estas piedras solamente se muestran las especies más conocidas de dinosaurios y cometen el error de mezclar en ellos especies que ocuparon diferentes periodos geológicos y lugares de la tierra, eso sin entrar en errores morfológicos de estos animales, algo curioso si atendemos a la precisión que muestran las piedras en otro tipo de grabados.

¿Se puede hacer una cesárea a un dinosaurio si éste es ovíparo?, evidentemente no, pero lo podemos encontrar en algún grabado. Existen grandes incongruencias entre la tecnología que se representa en las piedras y la calidad técnica en el tratado de las mismas. ¿Son las piedras de Ica fruto de la creación populista más reciente?, ¿responden a un fraude orquestado como pequeña industria para la localidad y por extensión el país?

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Quizá las primeras piedras pertenecieron a una cultura anterior, siendo éstas más toscas en sus representaciones, y a raíz del éxito mediático de las mismas, entro en escena las falsificaciones que permitirían a muchas familias llevar el pan a la mesa. La pregunta que me hago es la siguiente: ¿Era conocedor el Dr. Cabrera del fraude o fue engañado por las personas que le vendían las piedras extraídas de Ocucaje? ¿Alguien que no fuese médico podría dibujar en las piedras escenas quirúrgicas tan precisas?

Debo reconocer que muchas de estas redondeadas rocas son increíbles y sorprende su laborioso trabajo de pintado y grabado. Al abandonar aquel museo con más de 15.000 piedras y dejar tras la carretera la ciudad de Ica, me embarga la sensación de que en la vida no todo es blanco o negro, y que en los colores medios es donde con seguridad se encuentran las respuestas. Las piedras de Ica seguirán formando parte del misterio hasta que no quede ni una sola incógnita por despejar.


CURIOSIDADES DE LAS PIEDRAS DE ICA

. Hay más de 15.000 unidades en el Museo de Piedras Grabadas de Ica y unas 50.000 repartidas por todo el mundo.

. Hay piedras con un peso entre los 20 gramos y 500 kilogramos.

. Son del tipo andesitas y oxidadas en superficie.

. Estudios del Carbono 14 realizados en 2003 y solicitados por los investigadores españoles Félix Arena y Mª del Carmen Olázar, data la antigüedad de las piedras entre 60.000 a 100.000 años.


. En el museo existe un “cuarto secreto” donde el Dr. Cabrera guardaba las piedras más controvertidas. En alguna de ellas se refleja una crucifixión y una cena con hombres gliptolíticos idéntica a la Santa Cena que pintó Leonardo junto a otras representaciones evidentemente fuera de su tiempo si atendemos a su supuesta autenticidad.

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