Los clarines y timbales han dejado de sonar. El paseíllo ni siquiera se ha iniciado y la puerta de toriles permanece cerrada. Hablar de un festejo taurino durante la cuarentena es una quimera.

Desde el 14 de marzo de 2020, día en el que se declaraba el estado de alarma en España, el mundo de los toros en Salamanca afronta días complicados a los que espera dar un capotazo lo antes posible. Y es que, acostumbrado a lidiar con animales de 500 kilos, un virus microscópico está haciendo una faena poco aplaudida en los sectores charros dedicados a la tauromaquia.

“Estoy asustado. Hay mucha incertidumbre con el coronavirus porque algunas ferias se han suspendido y se desconoce qué va a pasar con las que se han aplazado. Las consecuencias económicas pueden ser brutales”, cuenta a SALAMANCA24HORAS José Ignacio Cascón, empresario de las plazas de toros de Béjar, Cantalpino y Guijuelo.

“Los festejos que organizo empiezan en agosto. Espero que los carteles se mantengan, aunque habrá que ajustar precios de entradas para que la gente pueda acudir, ya que muchos autónomos se van a quedar sin nada”, vaticina Cascón, quien lamenta que ”muchos años de trabajo se han perdido en un momento”.

José Ignacio Cascón


Para los criadores de toros de lidia, el Covid-19, causante de la cuarentena que vive el país, es un mazazo. “Nos ha pillado mal. Todo está parado y la prioridad es evitar enfermar. Pensar en organizar festejos es una locura, pues las ferias de marzo a junio se van a suspender”, comenta Justo Hernández, ganadero de la finca Garcigrande, a este medio de comunicación.

A su hierro le han cancelado seis corridas en las que iba a estar presente y que, por orden cronológico, pertenecían a las Ferias de Valencia, Castellón, Cehegín (Murcia), Arlés (Francia) y Sevilla, donde tenía previstas dos actuaciones. En el aire queda su participación en la madrileña de San Isidro, que busca reubicación en el calendario.

“Los toros que iban a ir estos lugares continúan criándose, pues al ganado hay que seguir alimentándolo independientemente de lo que ocurra. Esta crisis afectará a todos los sectores, incluida la tauromaquia, que sigue los pasos de la sociedad”, añade.

Pasmoso Garcigrande

El coronavirus, de momento, no le ha cortado la temporada al diestro Juan del Álamo, aunque desconoce cuándo volverá a torear: “La negociación de contratos está frenada. Mi inclusión en algunos carteles dependerá de si entro en los de la Feria de Madrid, pero ahora mismo se desconoce qué pasara con ella, por lo que mi mayor preocupación es aportar mi granito de arena quedándome en casa para resolver esta situación”.

Al tener que permanecer en su domicilio, Del Álamo ha cambiado los entrenamientos que tenía programados en el campo por toreo de salón y ejercicios físicos bajo techo. “Es básico mantener la forma para cuando todo esto termine”, detalla a SALAMANCA24HORAS.

Juan del Álamo entrenamiento confinado coronavirus

 “Yo me entreno en casa dividiendo la actividad en dos: ejercicio físico y toreo de salón. A la primera le dedico una hora diaria y está basada en tablas de ejercicio cardiovascular y abdominales. Después, hago toreo de salón durante una hora y media o dos horas en la parte de arriba de mi vivienda de Dios le Guarde, que estos días es mi particular plaza de toros”, explica el novillero Manuel Diosleguarde a este periódico digital.

Definiendo la situación como “crisis grande” porque le ha impedido ir a torear a Francia y Valencia y está pendiente de qué ocurre con otras festejos, aprovecha el tiempo de confinamiento para profundizar en la tauromaquia. “Leo y veo mucha programación taurina en la televisión, pues de todo se aprende. Observo grandes faenas históricas que se están difundiendo estos días y que tengo que asimilar para intentar ponerlas en práctica después”, relata el charro.

Manuel Diosleguarde entrenamiento confinado coronavirus (1)

El Covid-19 influye también en los actos culturales que la Escuela de Tauromaquia de Salamanca tenía previstos para 2020, el año de su 35 aniversario. “El viernes 13 de marzo, un día antes de decretarse el estado de alarma, suspendimos por precaución un tentadero y las clases que teníamos. Ahora, todos estamos confinados, por lo que los alumnos están entrenándose como buenamente pueden. Para que sigan con actividad, les enviamos vídeos taurinos por un grupo de WhatsApp”, narra José Ignacio Sánchez, director de la Escuela de Tauromaquia de Salamanca, a este medio.

Debido al parón de la actividad, algunos pueblos ya han comunicado a Sánchez que posponen eventos en los que iban a participar los integrantes de esta agrupación, como el que iba a tener lugar el Lunes de Aguas junto a la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, en Buenamadre: “Lo ideal es aplazar los festivales, pero es imposible pensar en ello ahora. Este año va a ser complicado porque, cuando esto pase, la gente seguirá teniendo miedo a acudir a sitios públicos y se va a reducir el número de espectáculos. El coronavirus está afectando a todo el planeta y repercutirá en la economía. Nada va a volver a ser igual”.


Este momento de parón, alejado de los ruedos, podría asemejarse a los que dicen que es lo mejor, ver los toros desde la barrera. Sin embargo, los taurinos salmantinos solamente tienen un deseo: que la Puerta Grande se abra… para echar al coronavirus.

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