En este 2020 tan convulso, los dueños de alojamientos turísticos de Salamanca y de la totalidad del territorio nacional han vivido dos situaciones absolutamente distintas. Y es que el coronavirus ha cambiado la forma de hacer turismo; o más bien, ha consolidado y acelerado un proceso que venía produciéndose en los últimos años.
En un primer momento, tras el confinamiento y con la llegada del verano, cuando la situación de la primera ola mejoró de gran forma, el número de viviendas turísticas tanto de Salamanca como de Castilla y León experimentó un significativo crecimiento, cercano en el caso de la provincia al 10% y superior al 13% en el de la Comunidad.
En Salamanca, los alojamientos turísticos pasaron de 399 en enero de 2020 a 430 en junio, ampliando su número durante unos tiempos muy duros, como fue el confinamiento de la población y el cierre prácticamente total del país. Todos los tipos de viviendas turísticas crecieron en Castilla y León, pero fueron las casas completas las que más lo hicieron. De hecho, estas casas fueron muy apreciadas en el periodo estival en Salamanca.
Sin embargo, con la escalada de la segunda ola tras el verano y el comienzo de los confinamientos perimetrales, la situación de los alojamientos turísticos fue bien distinta. Tanto, que han comenzado a reconvertirse en alquileres tradicionales.
Ahora, en estos momentos, el mercado de pisos turísticos es uno de los segmentos de producto inmobiliario que más está sufriendo en la crisis producida por la Covid-19, con una caída de la demanda por problemas de movilidad y acceso a España y a las ciudades donde existe esta oferta. Frente a esta situación, los propietarios de los pisos turísticos, ante la imposibilidad de poder alquilar sus inmuebles a turistas obteniendo una rentabilidad alta, están poniendo esas viviendas en alquiler tradicional, es decir, se está produciendo un trasvase de viviendas del mercado del alquiler turístico al mercado de alquiler tradicional.
En Salamanca también está haciéndose notar esta reconversión. Según indican desde Solución Inmobiliaria, la falta de turistas en la ciudad fruto del cierre de fronteras y del confinamiento perimetral, principalmente, ha provocado esta situación. Se trata de viviendas que se encuentran en muy buen estado, ya que muchas son, o bien prácticamente nuevas, o han sufrido una profunda remodelación; y pese a que su alquiler es “un poco más alto”, están teniendo buena acogida al reconvertirse en alquiler tradicional.
Fuentes del sector inmobiliario aseguran que este cambio en el alquiler de este tipo de viviendas es positivo, en estos momentos, porque incrementa la oferta de inmuebles. Sin embargo, también contribuye a agravar la crisis de los pisos turísticos, porque detrae la oferta. Es decir, cuando se recupera la situación habrá menor oferta de viviendas de este tipo, por lo que podría provocar un incremento de los precios para realizar escapadas.
La crisis del Covid provoca menos compras y más alquileres
En este contexto, la demanda en el sector inmobiliario se ha deteriorado con la bajada del poder adquisitivo generada por la incertidumbre económica y la pérdida de empleo, entre otros motivos.
Dado que se está produciendo un empobrecimiento generalizado en las economías domésticas, la capacidad de compra de inmuebles se está viendo afectada, por lo que también está aumenta la demanda de viviendas en alquiler.
Los expertos consideran que mercado del alquiler tradicional sigue estando muy tensionado, porque todas aquellas familias que no pueden permitirse comprar una vivienda por la situación económica que viven tienen que alquilar, sumándose a la gran demanda de pisos en alquiler.
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