"Criterios de evaluación basados en una nota y excesivas ratios de alumnos" justifican el auge de las clases particulares en Salamanca

Los sindicatos de profesores de la educación pública y la Federeción de Padres y Madres de Alumnos de la provincia tienen diversos puntos de vista que explican que el 24 por ciento de estudiantes inviertan en este servicio privado

Aula de colegio. Foto S24H
Aula de colegio. Foto S24H

La jornada escolar no termina, para numerosos alumnos, con el timbre que anuncia la salida del centro docente. En España, de hecho, el 24 por ciento de escolares cuenta, tras estas horas, con varias complementarias en las conocidas popularmente como clases particulares. Este dato lo ha puesto de manifiesto el estudio ‘Educación en la sombra: cómo las clases particulares se están convirtiendo en un bien de primera necesidad’, del profesor Juan Manuel Moreno. En el mismo, también recoge el auge de esta actividad de carácter privado en los últimos años, con un crecimiento sostenido desde hace 15. Salamanca, al igual que el resto de ciudades del panorama nacional, cuenta con varias academias y profesores particulares que imparten este servicio. Pero, ¿por qué cada vez son más populares y hasta qué punto son beneficiosas? Profesores y padres de alumnos salmantinos cuentan con opiniones diversas.

Mientras que el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza (STE) y la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE) en Salamanca achacan este incremento de usuarios en las clases particulares a varios puntos débiles en el sistema educativo público, la Federación de Padres y Madres de Alumnos (FEDAMPA) expone otra serie de carencias.

Ratios elevadas, falta de plantilla y unos servicios complementarios (Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje y Aulas de Compensatorias) insuficientes son los problemas expuestos tanto por STE como por ANPE. No obstante, ambas organizaciones, junto a CCOO y CSIF, llegaron la pasada semana a un acuerdo con Educación que terminaría con estos lastres: se reducirán las ratios para lograr una atención más individualizada, se reducirá el horario lectivo de los profesores para que dispongan de más tiempo para la preparación de clases y se aumentará la dotación del profesorado por unidad escolar y también de los especialistas para la atención del alumnado con necesidades específicas.

Además, y como es común a la mayoría de dificultades que se presentan actualmente, un aumento en las clases particulares en los últimos dos años se debe a la llegada precipitada de un sistema de educación en modalidad online. “El profesorado de Salamanca está más preparado que nunca, pero se ha visto obligado a hacerse un máster en su propia casa con su propio ordenador para trabajar a distancia con sus alumnos, y eso necesita una preparación”, explica Guillermo Bueno Salvador, presidente de ANPE Salamanca. Con el nuevo acuerdo firmado y mencionado anteriormente, sin embargo, la preparación se verá favorecida al disponer de más tiempo.

Los miembros de FEDAMPA están de acuerdo con lo expuesto anteriormente por ambos sindicatos pero, además, atribuyen el aumento de alumnos en las clases particulares al “excesivo contenido academicista, las metodologías obsoletas de algunos profesores, la valoración prioritaria de lo memorístico y la falta de formación de las familias, tanto a la hora de acompañar a sus hijos en la educación como a la hora de exigir mejoras en la misma”. Igualmente, destacan que algunos progenitores, al apuntar a sus hijos a clases particulares se “unen al afán academicista, en el que se valora primordialmente la nota de los exámenes y no son conscientes de que muchas veces esos criterios de evaluación son erróneos”.

Brecha social entre familias de diferentes niveles socioculturales

Entre las consecuencias del auge de las clases particulares está el incremento de la brecha social. Así, Teresa Vicente, portavoz de STE Salamanca reconoce que “las clases particulares no deberían suponer un gasto obligatorio para las familias por la discriminación que esto supone para las familias con menor poder adquisitiva” y que “las horas en el colegio o instituto tendrían que ser suficientes para lograr los objetivos”.

Otro aspecto al que hace referencia Vicente es al hecho de que, habitualmente, las familias con más recursos poseen un nivel cultural más alto. De este modo, ejemplifica apuntando que “durante el confinamiento más estricto, estas familias han podido atender a sus hijos mientras que las familias con un nivel sociocultural más bajo han tenido que seguir pagando sus clases particulares online para que sus hijos pudieran seguir el ritmo”.

“La escuela pública debería ser igualitaria, tiene que atender a las clases sociales sean cuales sean de forma equitativa, no puede ser que se necesite un recurso privado para lograr unos objetivos que con más inversión perfectamente se podrían conseguir en la escuela pública”, concluye la portavoz.

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