El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, valoró este jueves los datos de la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre en su visita a Salamanca. Achacó el aumento tanto de empleados como de desempleados a una subida de la población activa, es decir, de las personas que declaran que quieren trabajar. “Esto suele ser un buen indicio porque quiere decir que hay más personas que creen que van a tener más posibilidades de integración en el mercado de trabajo y es lo que reflejan los datos”, consideró.
Escrivá aseguró que “el crecimiento del empleo ha sido extraordinario, muy en línea con lo que veíamos en los datos de la afiliación a la Seguridad Social” y añadió que “el empleo está por encima de los niveles prepandemia, algo que era insospechado”.
Recalcó que el desajuste entre los datos de empleo y de paro se debe a ese aumento e la población activa “porque hay más personas que ven posibilidades de trabajar y se incorporan al mercado de trabajo”. Añadió que “no solamente son buenos datos de septiembre, sino que los datos de octubre han sido muy positivos”, también en parte por la reducción del número de trabajadores en ERTE. “No solamente se crea mucho empleo, sino que al mismo tiempo que eso ocurre los trabajadores que están en ERTE se van incorporando”, subrayó.
El ministro hizo estas declaraciones en una visita a Salamanca donde acudió a la sede de la Dirección Provincial unificada de INSS y Tesorería General de la Seguridad Social. En este sentido, agradeció a los funcionarios su esfuerzo y su trabajo durante la pandemia.
Además, detalló que en esa visita discutieron los proyectos de reformas en el ámbito de pensiones, de la reforma laboral, la configuración de los ERTEs “en un nuevo mecanismo de flexibilidad interna para las empresas”, el Ingreso Mínimo Vital y otros aspectos de las coberturas de la Seguridad Social.
“Un fenómeno transitorio” de la salida de la pandemia
Del mismo modo el ministro también valoró el dato del IPC de octubre, que experimentó un crecimiento del 5,5 por ciento. Su análisis apuntó en el sentido de los bancos centrales de que se debe a una situación "transitoria de salida de la pandemia” y que, más allá de esa transitoriedad, “no se perciben elementos subyacentes inflacionistas importantes”.
Escrivá aseguró que “es un IPC alto, como era esperable” y que “refleja las turbulencias y la tensión en los mercados mayoristas eléctrico y sobre todo del gas”. No obstante, afirmó que, más allá del efecto a corto plazo, la inflación subyacente “se mantiene en niveles del 1,4 por ciento, por debajo del Banco Central Europeo, que es el 2 por ciento”.
Recalcó que “más allá de la volatilidad y transitoriedad que se está produciendo, no se perciben elementos subyacentes inflacionistas importantes”. En este sentido, añadió que esa subida se debe a una situación transitoria de salida de la pandemia con rupturas en ciertas cadenas de suministros, con falta de sincronización entre la recuperación económica y la recuperación de la movilidad en las economías desarrolladas frente a las emergentes, y el desajuste en la oferta agregada mundial. “Es un fenómeno transitorio, así lo consideran los bancos centrales y es como tenemos que visualizar la situación”, zanjó.
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