“La ostomía no es una enfermedad, es una de las consecuencias de padecerla o haberla padecido”, así de tajante se muestra Yolanda Fernández, vicepresidenta de la Federación de Asociaciones de Personas Ostomizadas de España (FAPOE). Este desconocido padecimiento supone un cambio radical en las vidas de las personas que lo padecen y, muchas veces, “una odisea” en su día a día por la falta de facilidades.
Los pacientes ostomizados llevan a cabo la evacuación de heces mediante un orificio en el abdomen realizado de forma quirúrgica, por el que expulsan los desechos corporales a una bolsa pegada a esta parte del cuerpo. Fernández explica que la ostomía “es la solución para evitar la muerte de pacientes con hasta 31 patologías diferentes en estados graves, que van desde diferentes tipos de cánceres, como los de vejiga, colon, recto, ano u ovario, hasta las enfermedades inflamatorias intestinales; Crohn y colitis ulcerosa, o poliposis múltiple, entre otras”. De la misma manera, aclara que “también se practican por traumatismo abdominal producido por distintos tipos de accidentes, como los de tráfico, o de alguna complicación en el quirófano, así como de otras lesiones, o accidentes graves en los que el ano se ve implicado”.
Este sábado, 1 de octubre, se celebra el Día Mundial del paciente ostomizado y entre las reivindicaciones más importantes por parte de los afectados se encuentra la adaptación de los baños y la reclamación de incluirlos en el código técnico de edificación: “No entendemos por qué sigue siendo un tabú. Ir al baño forma parte del proceso natural de la vida, solo que nosotros lo hacernos de manera diferente. Salir de casa sin tener baños adaptados a las necesidades higiénicas y posturales se convierte en una auténtica odisea para nosotros. Únicamente las personas ostomizadas sabemos lo complicado que resulta vaciar o cambiar una bolsa de ostomía en un baño no adaptado. En los inodoros convencionales, algunos se agachan, o se ponen de rodillas frente al retrete. Muchos otros, por edad o por movilidad no pueden permitirse ninguna de las opciones anteriores. Es algo realmente humillante”, denuncia la vicepresidenta de la Federación, quien también añade que, por todo lo expuesto anteriormente, se ven en la obligación, en ocasiones, de limitar al máximo su vida social.
La vicepresidenta de FAPOE asegura que adaptar o crear un baño para personas ostomizadas necesita de pocos requerimientos técnicos y económicos, indicando que “tan solo son necesarios un inodoro encastrado en una encimera a 75 cm del suelo, para que quede a la altura del abdomen, un espejo a ras de la encimera para poder vernos y poder realizar el cambio de bolsa, ya que es preciso mirar donde va colocada”. Igualmente, apunta que es imprescindible un enjuagador de bolsa, “para poder limpiarla tras el vaciado y que quede limpia, así como apliques como portarrollos de papel y luces que ni se apaguen ni tengan sensor de movimiento”.
“Nos supone de media unos 70 euros al mes y muchos no pueden permitírselo”
Además de la adaptación de los baños, existen otras reclamaciones por parte de las personas ostomizadas, entre las que se encuentran, en primer lugar, la necesidad de disponer en los hospitales y/o centros de salud de la figura del estomaterapeuta, algo que consideran fundamental, así como un acceso rápido al psicólogo para asimilar su nueva condición. “Muchos llegan a suicidarse por no aceptar su nueva forma de vida y verse encerrados en casa por la falta de aseos públicos adaptados”, señala Fernández.
Igualmente, desde FAPOE denuncian que los ostomizados no pueden estacionar su vehículo de forma urgente para poder acudir a un baño: “Si dejamos el coche en cualquier lugar esto se traduce en multas, pero, si no lo hacemos, no podemos ir con urgencia y nos manchamos más de lo que quisiéramos. No tenemos esfínter en el estoma, por lo que no podemos controlar cuando evacuamos y cuando no”. Los afectados indican que urge que se regule este aspecto, del mismo modo que se ha hecho el estacionamiento para personas con movilidad reducida.
Por otro lado, Fernández refleja que los ostomizados precisan de pocas facilidades, indicando que la única es la financiación de las bolsas. Aunque, manifiesta que las mismas “no son las más avanzadas y modernas que existen”, a lo que añade que en países del resto de Europa existen algunas de última generación y que a España “ni han llegado, ni se esperan”.
No obstante, la vicepresidenta considera que necesitan muchos otros productos que no están incluidos entre los financiados por la seguridad social y que son imprescindibles para el cuidado la piel periostomal: “El coste nos supone de media unos 70 euros al mes y muchos no pueden permitírselo, así que no los usan y al final se traduce en gasto sanitario por tener que acudir al hospital a tratar las heridas que provoca el contacto con las heces”.
Personas portadoras de ostomías en Salamanca
El Complejo Asistencial de Salamanca atendió en 2021 a un total de 424 personas con ostomías, la cifra más alta en cinco años.
Por último, el colectivo aglutina a 200.000 personas en España de manera directa y de más de un millón de forma indirecta. De niños a ancianos pueden verse afectados, ya que las enfermedades que derivan en una ostomía y los accidentes no entienden de edades.
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