El día que Salamanca libró la batalla decisiva contra el invasor francés
Este 22 de julio se cumplen 213 años de la Batalla de los Arapiles que se desarrolló en un campo que se conserva prácticamente igual

Seis de la mañana de un 22 de julio. Es 1812. Cien mil hombres empapados, porque ha llovido toda la noche, esperan tensos. Saben que la batalla es inminente y están tan cerca unos de otros que pueden oír a los enemigos. El lugar elegido para la contienda es una extensión a pocos kilómetros de la capital, entre dos arapiles naturales que dan nombre al pueblo más cercano y que darán nombre a una de las batallas más importantes de la Guerra de la Independencia.
Los ingleses de Wellington están entre el Tormes a la altura de Santa Marta y el Arapil Chico, los franceses de Marmont enfrente, desde el Tormes a la altura de Huerta hasta Calvarrasa de Arriba. Nada más amanecer se ha producido alguna escaramuza junto a la ermita de Nuestra Señora de la Peña, pero hasta horas después no empezará la verdadera batalla.

Wellington sabe que el enemigo está en inferioridad numérica, pero duda, no quiere perder la capital. Finalmente, se decide a atacar tras un error Marmont, que cree que los ingleses se retiran y ordena a sus hombres avanzar. La caballería pesada de los ingleses carga, Marmont es herido y comienza una terrible y sangrienta batalla. Horas después, parte del ejército francés aguanta sobre el Arapil grande, pero el avance de las tropas inglesas les hace ver que solo les queda la retirada y se repliegan desordenados hacia Alba de Tormes para cruzar el puente y huir hacia Peñaranda de Bracamonte, protagonizando enfrentamientos en su huida en otras localidades como Garcihernández. Acaba un intenso día de lucha, de sangre y olor a pólvora que pasó a la historia como una batalla crucial en la Guerra de la Independencia, una batalla que cambió el curso de la contienda a favor de los aliados.
Una batalla a escasos diez kilómetros de la capital salmantina, que ocurrió sobre un terreno que se mantiene casi igual a cómo era hace justo 213 años. De hecho, el campo de la Batalla de Arapiles está declarado Sitio Histórico y considerado el campo de batalla mejor conservado de España. Sin embargo, la batalla de Arapiles sigue siendo una gran desconocida para buena parte de los salmantinos a pesar de que en los últimos años se ha incrementado la promoción turística. Son los turistas, sobre todo los británicos apasionados de la figura de Wellington, quienes más visitan el sitio de la batalla, quienes conocen la función de los dos arapiles, en qué lugar estaba cada ejército o por qué esta batalla está considerada una de las más importantes de nuestra historia.

Para Miguel Ángel Martín Más, especialista en la Guerra de la Independencia y editor en la web Salamanca Napoleónica (www.salamancanapoleonica.com) asegura rotundo que “si el duque de Wellington, que fue el comandante en jefe de las tropas aliadas ese 22 de julio, resucitara y viniera a Salamanca, reconocería perfectamente el campo donde obtuvo esa grandísima victoria sobre el ejército del mariscal Marmont”. Añade que “el campo de batalla de los Arapiles o batalla de Salamanca, como también se la conoce sobre todo en el mundo anglosajón, está muy bien conservado, a pesar de estar situado entre dos autovías, la de Madrid y la de Béjar, puesto que tiene la declaración de bien de interés cultural en la categoría de sitio histórico”.
Un campo que ha pasado desapercibido durante décadas, sin embargo, reconoce que “se han dado grandes pasos” para darlo a conocer como la ampliación y mejora del Aula de Interpretación de la Batalla de los Arapiles, ubicada en la localidad.
La batalla también cuenta con un espacio expositivo en el nuevo Museo del Cerro de San Vicente, que “lamentablemente no se puede puede visitar libremente, pero esperemos que un día se pueda ver y se puedan disfrutar esas maquetas, esos planos, esas ilustraciones que se han hecho sobre la batalla de los Arapiles y sobre el episodio histórico de la guerra de independencia en Salamanca”.

Martín Más asegura que a nivel conmemorativo se están haciendo cosas, como en la propia localidad de Arapiles que cada año recuerda la batalla o en Alba de Tormes, donde se ha preparado este año un espectáculo de microzarzuelas que están basadas en hechos históricos, pero escritos los libretos en un tono cómico. Sin embargo, asegura que “me gustaría que la batalla se recordara más desde el punto de vista cultural. Echo de menos que desde las instituciones académicas de Salamanca se programen actividades culturales, divulgativas referidas a este a este periodo histórico”.
Una guerra en la que Salamanca tuvo mucha importancia y en la que la Batalla de Arapiles fue el inicio del cambio en el rumbo de la guerra y la mayor derrota sufrida por el ejército francés desde el inicio de la contienda. Sin ella no habría habido liberación de Madrid ni expulsión de los franceses de España.
También te puede interesar
Lo último