Luz verde a la declaración de impacto ambiental de la mina de wolframio

06 feb 2014 - 13:39
Luz verde a la declaración de impacto ambiental de la mina de wolframio
Luz verde a la declaración de impacto ambiental de la mina de wolframio

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León ha informado favorablemente sobre el proyecto de puesta en marcha de la mina de wolframio que la empresa Saloro promueve en la localidad salmantina de Barruecopardo.

En opinión de los responsables administrativos, la explotación mineral “no causará perjuicio directo ni indirecto a la integridad del Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y la Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) ambos incluidos en Red Natura 2000 y compatibles con el Parque Natural Arribes del Duero, con los objetivos de conservar los planes de recuperación de la Cigüeña negra y el Águila perdicera. Además, el gobierno regional entiende que las actuaciones previstas tampoco afectarán a las especies de flora protegida “siempre y cuando se cumplan total y estrictamente todas y cada una de las medidas preventivas, correctoras y adicionales previstas en el Estudio de Impacto Ambiental y en el Plan de Restauración junto a las condiciones indicadas en el informe recogidas en la Declaración de Impacto Ambiental en los apartados relativos a vallado, accesos, infraestructuras, Plan de Medidas, suelo, fauna y vegetación dentro de las medidas protectoras y en los puntos correspondientes a coordinación ambiental, modificaciones, informes y seguimiento”.

Para dictar su resolución, la Junta valora de forma positiva tanto el respeto a la vía pecuaria ‘Colada de Hinojosa’ en cuya superficie no se llevará a cabo ninguna actuación “sin la autorización del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Salamanca” como el compromiso de desarrollar un Proyecto de Recuperación de Hábitats (incluido en la medida adicional de reforestación) en una superficie de al menos 50 hectáreas del entorno del municipio donde se desarrolla la explotación. La empresa cuenta con un el plazo de 12 meses para desarrollarlo a partir de la fecha de publicación de esta declaración.

En el marco de esa planificación, la recuperación vegetal sólo empleará especies autóctonas. Asimismo, el terreno de la mina evitará tener superficies desprovistas de vegetación y suelo en lugares en los que los trabajos no vayan a iniciarse de forma inminente.

Respecto a la protección de las aguas, la Declaración establece que Saloro deberá contar con las autorizaciones pertinentes de la Confederación Hidrográfica del Duero, según lo establecido en el Reglamento del Dominio Público Hidráulico.

Fauna y reforestación

Por su parte, la protección de la fauna exige que el comienzo de la actividad minera se lleve a cabo en el lapso que transcurre entre septiembre y febrero (ambos inclusive), momento en el cual las especies nidificantes de la zona no están presentes. De ese modo “se asegura que el impacto sea mínimo y afecte únicamente a la plataforma o plataformas de nidificación”. Las nuevas poblaciones de conejo a instalar conforme a las medidas previstas en el Estudio “habrán de estar suficientemente asentadas con anterioridad a la eliminación de la actual población situada en la zona de explotación”.

La reforestación exige que entre las especies arbóreas a utilizar se incluyan Quercus ilex, Fraxinus angustifolia, Quercus pyrenaica, y Quercus suber y entre las arbustivas se contemple la Retama sphaerocarpa y los Cytisus multiflorus y scoparius. Ese proceso se completará en otras parcelas con la instalación de protectores resistentes al ganado en el regenerado existente o en planta nueva, para favorecer la existencia de zonas de regeneración de la dehesa compatibles con el aprovechamiento pascícola.

La administración vigilará el respeto al Proyecto de Recuperación a través de la elaboración anual de planos topográficos sobre los que se representarán las superficies restauradas cada año y las pendientes de ejecución.

El visto bueno a la Declaración de Impacto valora las medidas de protección de la atmósfera y el Patrimonio Cultural. A ese respecto, se realizará un control arqueológico periódico y si en el transcurso de las actuaciones apareciesen restos históricos, se paralizarán las obras en la zona afectada.

Al término de la explotación, advierte la administración regional, deberán desmantelarse por completo todas las instalaciones auxiliares que no vayan a ser utilizadas y habrán de retirarse todos los materiales sobrantes para garantizar la integración de la cubierta vegetal necesaria como paso anterior a la recuperación del terreno para el uso previsto.

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