Ana Blandiana y Avelino Corma ya son doctores honoris causa de la Universidad de Salamanca

Apadrinados por los profesores Fernando Sánchez Miret, catedrático de Filología Románica, y Vicente Sánchez Escribano, catedrático de Química Inorgánica, la solemne ceremonia estuvo presidida por el rector, Ricardo Rivero

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Avelino Corma y Ana Blandiana
Avelino Corma y Ana Blandiana

La Universidad de Salamanca ha investido como nuevos doctores “honoris causa” a la escritora rumana Ana Blandiana y al químico español Avelino Corma, durante el acto celebrado en la mañana de hoy en el Paraninfo bajo la presidencia del rector, Ricardo Rivero. Blandiana y Corma estuvieron acompañados por sus padrinos, los profesores Fernando Sánchez Miret, catedrático de Filología Románica, y Vicente Sánchez Escribano, catedrático de Química Inorgánica, en una ceremonia desarrollada en latín, en la que, además del equipo de gobierno, estuvieron presentes el rector de la Universidad Politécnica de Valencia, José Esteban Capilla; la embajadora de Rumanía, Gabriela Dancau; la directora del Instituto Cultura Rumana, Floarea María Pop; y el investigador Mariano Barbacid, entre otras personalidades.

Durante su “laudatio”, Sánchez Miret consideró a Blandiana (Timisoara, 1942) como “la poeta europea más importante en la actualidad, tanto por la calidad y alcance de sus obras como por los premios y reconocimientos que ha recibido de parte de la crítica, de las instituciones y del público lector”.

Considerada como una de las figuras más internacionales de la literatura rumana, su obra tiene el valor de ser un manifiesto que pertenece a la memoria colectiva de nuestro tiempo.  Es autora de 17 libros de poesía, dos volúmenes de relatos fantásticos, nueve de ensayos y una novela, traducidos a 25 idiomas. Destacada opositora al régimen de Ceaucescu, la autora de “Proyectos de pasado” (2008) forma parte de aquellos escritores que concibieron su función como la de ser testigos de su tiempo, y la literatura como una forma de resistencia moral ante las vicisitudes de la historia. En su obra, el destino personal es paradigma de un destino colectivo. Sus versos expresan el sufrimiento de todos y dan voz a los que no la tienen.

Títulos como “El talón vulnerable” (1966), “El tercer misterio” (1968), “El ojo del grillo” (1981 o “Estrella de presa” (1985) la consagraron como la figura más destacada por la Unión de Escritores y la Academia Rumana. En 1982 fue la poeta más joven galardonada con el Premio Gottfried Herder de la Universidad de Viena. Su poesía ha sido reconocida además con los Premios Poeta Europeo de la Libertad (Polonia, 2016), Griffin Excellence in Poetry Award (Toronto, Canadá, 2017) y La Corona de Oro de la Academia de Artes y Ciencias de Macedonia (2019).

Durante su intervención en el Paraninfo, Blandiana reivindicó el papel de la poesía para interpretar el complicado mundo actual. “La poesía se ha vuelto cada vez más incomprensible, pero ¿los tiempos no son también cada vez más incomprensibles? Obviamente, las metáforas del siglo XXI son más absurdas, más irracionales que las de los siglos anteriores, pero ¿no será que el mundo que reflejan resulta también infinitamente más difícil de entender que el antiguo? Todo se conecta y todo se transforma en este universo en el que las metáforas tampoco son más que una especie de gafas para ver lo que el poeta cree que hay que ver, unas gafas que, como otras cualesquiera, se construyen según los defectos del ojo del que mira”, subrayó.

Avelino Corma

Por su parte, la candidatura propuesta por el Departamento de Química Inorgánica, apoyada por la Facultad de Ciencias Químicas, y defendida por el catedrático de Química Inorgánica Vicente Sánchez Escribano, ha querido reconocer el trabajo del investigador Avelino Corma (Moncófar, Castellón, 1951) en el campo de los catalizadores sólidos ácidos y bifuncionales aplicados al refino del petróleo, petroquímica y procesos químicos, especialmente en la síntesis y aplicación de Zeolitas.

Corma es el científico español más citado del mundo, ocupa el vigésimo octavo lugar a nivel global y el número 1 del mundo en su especialidad de Química Orgánica. Investigador desde 1990 del Instituto de Tecnología Química, centro de investigación mixto creado por la Universitat Politècnica de València y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Corma ha centrado su investigación en los últimos 30 años en catálisis heterogénea, tanto básica como aplicada en colaboración con diversas empresas. Trabaja en diseño molecular de catalizadores y en procesos catalíticos sostenibles en los campos del refino de hidrocarburos y derivados de la biomasa y química fina.

También ha trabajado en aspectos fundamentales de la catálisis ácido-base y redox con el objeto de entender la naturaleza de los centros activos y de los mecanismos de reacción. A partir de estos conocimientos ha desarrollado una serie de catalizadores que están siendo utilizados en diversos procesos industriales. Autor de más de 200 patentes de invención propia, ha escrito tres libros y más de 1.400 artículos en revistas internacionales, además de ser miembro del comité de edición de las revistas más importantes en el campo de la catálisis.

Tras la ceremonia reproducida en latín y recibir, al igual que Blandiana, los atributos que les reconocen como nuevos doctores “honoris causa” por la Universidad de Salamanca (insignia, birrete, anillo y libro), Corma explicó las claves de su proyecto científico centrado en el campo de la catálisis heterogénea desarrollado durante años y defendió la necesidad de “conformar equipos multi e interdisciplinares para resolver los grandes problemas de la humanidad”.

“Debemos considerar la formación que estamos impartiendo a nuestros estudiantes, diferenciando claramente ‘los conocimientos’ y ‘las disciplinas’. Una ‘disciplina’ enseña cómo formarse, implica la idea de rigor y esfuerzo, mientras que un ‘conocimiento’ es una acumulación memorística. Nuestra obligación como profesores no consiste solamente en formar buenos profesionales para que se desarrollen en sus respectivos campos de especialización. Debemos ser maestros que transmitan conocimientos y principios para que nuestros jóvenes alcancen una formación integral como seres humanos libres y conscientes de su responsabilidad social. Debemos ser investigadores que despierten en nuestros jóvenes la curiosidad y capacidad para plantearse preguntas y buscar respuestas. Además, debemos transmitirles la cultura de la innovación, la iniciativa y el espíritu emprendedor. Finalmente, considero que forma también parte de nuestras obligaciones ser agentes activos y críticos de lo que ocurre en nuestra sociedad. En los tiempos convulsos que vivimos es necesario que insistamos en lo obvio”, precisó el científico castellonense.

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