El sufrimiento de quienes ven sufrir: así viven las familias del adicto su proceso de desintoxicación

En Proyecto Hombre Salamanca acompañan a los enfermos y a sus familiares para sanar desde “la comunicación y la confianza” para “reeducar y renacer”

Paco y Juan Benito, hermanos de un usuario de Proyecto Hombre Salamanca
Paco y Juan Benito, hermanos de un usuario de Proyecto Hombre Salamanca

En una sociedad donde conectamos con todo el exterior para desconectar de nosotros mismos, las drogas se han asentado en nuestro día a día como la vía de escape para conseguir experimentar algo nuevo y diferente, pero lo cierto es que al consumirlas solo se va haciendo más profundo el hoyo y más pequeña la luz.

En Proyecto Hombre Salamanca trabajan cada día para ofrecer una nueva realidad a adictos y familiares, los grandes olvidados en el proceso de desintoxicación.

Los familiares se convierten en “coterapeutas” durante la desintoxicación

Una vez que los familiares acuden a este espacio, se les ofrece pautas para que “acompañen y logren convencer” al adicto de que acuda, detalla Ana Rodríguez, directora técnica. “Es un proceso largo y duro”, ha declarado Paco Benito, hermano de un usuario de Proyecto Hombre, pero asegura que “el proceso de rehabilitación de nuestro hermano para nosotros fue un antes y un después”.

Una vez que los enfermos ingresan, se recomienda al entorno “no darles dinero, acompañarlos cuando salgan de casa o saber con quienes van”.

Durante esta fase inicial es habitual que se produzcan “altibajos” y se den situaciones como que un día decidan no ir o consuman. Por ello, uno de los conceptos que más se trabaja es "la motivación".

"Algunas personas lo han perdido todo" expresa Ana, pero en otros casos “mantienen su trabajo y una estructura familiar en la que podemos apoyarnos”, a las que “acompañamos durante el proceso emocional que supone todo esto”, ya que una adicción es una enfermedad compartida para toda la familia.

Los familiares se convierten en “coterapeutas” siendo “nuestros ojos y nuestra ayuda cuando nosotros no estamos”, afirma la directora técnica.

“Son muy similares las herramientas que les dan a ellos y las que nos dan a nosotros”, ha expresado Paco, agregando que trabajan “la honestidad y la comunicación” aprendiendo “a poner sobre la mesa” conductas “erróneas” desde “el respeto y el cariño”.

La familia de este usuario lleva transitando este proceso de cura dentro de Proyecto Hombre casi tres años, a los que se suman otros diez años hasta que entró, aunque Paco recuerda que “no hay tiempos” si no que “cada uno tenemos el nuestro” y “tenemos que poner en valor la labor que hacemos”.

¿Cómo identificar que alguien de nuestro entorno padece una adicción?

Aunque hay diversos patrones, “la mayoría” de los pacientes presentan “dificultad para manejar las emociones” y esto les lleva a consumir “para taparlas” porque “cuando tú te drogas tienes sensaciones, pero no sentimientos”.

“Lo veíamos, pero no sabíamos cómo transmitírselo a él, le quitaba leña al asunto, decía que no era un problema, pero nosotros veíamos que si porque no controlaba su vida”, cuenta Juan Benito, otro hermano del usuario en Proyecto Hombre.

La sociedad ha normalizado el consumo a muy temprana edad, lo que Ana señala como erróneo ya que “no hay que minimizar conductas adolescentes” porque “el daño cognitivo no es recuperable”. Actualmente, según los datos que han ofrecido desde Proyecto Hombre, la droga de iniciación es la marihuana con una media de edad de 13 años en Castilla y León.

Por otra parte, para saber si convivimos con alguien adicto, se debe prestar atención a la compleja personalidad que presentan estos enfermos. “Un toxicómano no es mentiroso, es su forma de trabajar”, recuerda Manolo Muiños, presidente de Proyecto Hombre Salamanca, y señala que sus herramientas son “la manipulación, la mentira y el engaño” pese a su “gran corazón y a su gran sensibilidad”.

También, es importante entender que “existen drogodependientes de fines de semana, de días sueltos o de fiestas concretas” ya que “no es la frecuencia ni la cantidad” lo que determina la dependencia si no “¿para qué se consume?”, una pregunta que puede ayudar a “determinar muchas cosas”, asegura Ana.

Cuestionarnos nos ayuda a comprendernos y así romper viejos patrones que nos permitan levantar las persianas para que vuelva a entrar la luz. “Hay personas que no saben salir sin beber, a mí eso me dice que hay un problema, un problema con tu ocio y tiempo libre, un problema de satisfacción con tu sentido de pasártelo bien o relacionarte con los demás”, ha señalado la directora técnica.

La mejor forma de prevenir es “hablar”, cualquier momento es “bueno e importante, da igual la edad solo hay que adaptar la información a quien yo tengo delante” trabajando “en el manejo de las emociones”, explica Ana.

Familias de usuarios en Proyecto Hombre Salamanca (3)
Familias de usuarios en Proyecto Hombre Salamanca (3)

¿Cómo transitar el duelo?

El hermano de Paco y Juan Benito consumía alcohol, marihuana y cocaína, principalmente. “No queríamos verlo”, lamentan, aunque eran conscientes de que “tenía conductas que no eran sanas en el día a día, y que hacían mella en él y en la relación con su pareja y sus hijos”.

Durante varios años trataron de convencerle para que supiese que “tiene una ventana y que solo no lo puede hacer”, si no que necesitaba “una ayuda externa”.

Pero el adicto no es el único que sufre a lo largo de este camino. “Primero tuvimos que entenderlo a él, entendernos a nosotros y liberarnos de la culpabilidad y el miedo para afrontar el problema”, relata Paco, quien asegura que “nunca" ha tenido "la necesidad de perdonar a mi hermano si no de perdonarme a mí por no haber estado a la altura”.

Además, los familiares destacan que estas personas “necesitan ayuda, no culpa” por ello, Paco confiesa que “me he cabreado por los errores que cometía, pero no le he culpabilizado”.

Una vez que se inicia este viaje, que Manolo compara con “una centrifugadora” de la que “salen tratando de haber recuperado el tiempo perdido”, comienzan todos a trabajar de forma conjunta, pero el adicto es “quien tiene que estar convencido y tirar del carro”, asegura uno de los familiares. 

“Reeducar para renacer”

No obstante, los familiares y equipo de Proyecto Hombre instan a todos aquellos que tienen una adicción a “creer” y recuerdan que “hay esperanza”.

“De como estábamos antes a como estamos ahora ha sido una bendición”, asegura la familia.

Inmersos en un mundo consumista, donde el mensaje que constantemente nos llega es “consume, no sufras”, Proyecto Hombre alza la voz para pedir “reinserción” y “reeducar para renacer” construyendo “una nueva escala de valores”.

Los hermanos de este usuario ingresado en Salamanca aconsejan que se exponga cuando se equivocan, se les de “espacio” y “vuelvan a insistir”, pero siempre “con confianza” y creyendo en el cambio.

“El comportamiento humano nos está llevando a usar muy mal las redes sociales y todo en general, pero somos nosotros los últimos responsables, hemos perdido en relaciones humanas y en crecimiento personal, tenemos mucha información y poca formación”, manifiesta Manolo, pero hace hincapié en que “no son las redes sociales, ni es la cocaína, ni es el alcohol: soy yo”.

Ahí es donde radica el problema, el entorno del adicto debe servirle “de espejo” y mostrarle que, aunque “hay problemas” se deben “afrontar y vivir con ellos”, vencer la imperante idea de “como tengo todo, nada me llena” buscando novedad en las drogas y “actuar” porque “siempre hay un mañana” y “se pueden cambiar muchas cosas”.

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