Estás trabajando y, de repente, el Internet comienza a ir más lento. La desesperación suele ser la tónica habitual en este caso pero siempre hay que tener en cuenta una serie de consideraciones de por qué puede que el wifi vaya más lento.
Obviamente, siempre está el riesgo de que haya demasiado tráfico o un problema con la compañía pero, en ocasiones, la culpa es nuestra.
Así, se dan una serie de consideraciones para tratar de que internet vaya más rápido. Y es que, por ejemplo, el router funciona mejor en ubicaciones altas y céntricas de la vivienda ya que situarlo por detrás de otros objetivos hará que funcione peor.
Por otro lado, los microondas pueden llegar a provocar interferencias en la conexión, así como los monitores para bebés, teléfonos fijos inalámbricos, cámaras de vigilancia o monitores y pantallas de televisión, por lo que se recomienda alejar el router de estos aparatos.
Sin embargo, los electrodomésticos que peor harán funcionar al wifi son los frigoríficos, lavadoras y radiadores, principalmente por el agua de las tuberías, mientras que la piedra, ladrillo o yeso, y la mayoría de los materiales de las paredes también actúan como barrera bloqueadora del wifi.
Los muebles, especialmente los de metal, y los espejos, pueden afectar a la calidad de la conexión a Internet, y la propia gente, si se trata de una zona concurrida, provocará que la red no funcione todo los rápido que debería.
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